La Biblioteca Vaticana lo diseñó como un homenaje al Papa con motivo de la entrada en el tercer milenio. Además, sigue una tradición romana según la cual debe dibujarse un nuevo mapa de la ciudad eterna por el Jubileo.
El mapa muestra una imagen "exacta" de la ciudad con sus recientes transformaciones urbanas y eclesiales, todo ello grabado a mano. Asimismo, en los márgenes se encuentran bocetos arquitectónicos del artista Riccardo Tommasi con los cambios urbanísticos de las últimas décadas.