En el campo niños de nueve años y en la grada presiones. La tensión crece y un padre pega a otro. Es lo que se ha visto en Canarias en un torneo que aboga por el juego limpio. Al día siguiente hubo más y otro padre le dio un cabezazo al árbitro de 16 años. Así, cada vez son más comunes batallas en el fútbol entre menores.