El parricida de Alemania tenía tres denuncias previas por maltrato psicológico

Sergio Oliva, el sevillano de 38 años que ha matado a sus dos hijos, de cinco y cuatro años, en Alemania donde residían, nunca superó la separación de su exmujer, Julia. Lo ha contado una Tania, amiga de la madre en una entrevista con Mediaset. "Tenía tres denuncias previas por malos tratos psicológicos, no físico", ha contado Tania, la primera persona a la que llamó Julia cuando descubrió a sus hijos muertos. "Había tanta sangre", le dijo al teléfono. Los niños estaban pasando el fin de semana con su padre. Julia supo que algo pasaba cuando su expareja no le cogió el teléfono y se presentó en la casa de Sergio. Así descubrió la madre la macabra escena.