Vuelven al ataque arrasando con todo a su paso. En la playa de la Misericordia pocos se salvan de una nueva plaga de mosquitos que está dejando la costa vacía y los cuerpos a rebosar de picaduras. Porque en cuanto cae la tarde no dan tregua. Los técnicos municipales de control de plagas inspeccionan la depuradora de la localidad para ver si encuentran en ella el foco que tiene a los vecinos cada vez más irritados.