Los vecinos de Fuente el Saz luchan desde hace años por una vía más ancha y con arcén

Esta es la M-117, la carretera del atropello de la menos de 17 años. Una vía secundaria muy estrecha de apenas ocho metros entre los dos carriles y sin arcén en sus 8 kilómetros de recorrido. Los vecinos que tienen que cruzar a pie para coger el autobús se juegan la vida a diario.

Limitada a 90 kilómetros por hora, los coches circulan a una velocidad muy superior pese al riesgo. Está llena de curvas y de cambios de rasante, y de noche la iluminación es nula. Los accidentes, sobre todo choque frontales, son demasiado habituales, algunos con fatales consecuencias.

Una carretera en sus inicios no concebida para soportar tanto tráfico, pero actualmente es transitada por 8.000 personas a diario. Los vecinos llevan años pidiendo una ampliación para tener carriles y arcenes más anchos por los que puedan caminar los peatones que van a coger el autobús, incluso han recogido firmas a través de una plataforma, pero aún no ha habido respuesta de las administraciones. La responsabilidad está dividida porque la carretera comprende dos comunidades, Madrid y Castilla la Mancha. Desgraciadamente, ninguna se ha hecho cargo del problema.