El IGME expone desde mañana la mayor muestra de oro natural español, con pepitas de hasta 135 gramos

La muestra, que permanecerá abierta durante un año, hasta el 1 de julio de 2016, expone 120 piezas de oro natural procedentes de colecciones privadas españolas y que para el IGME son "seguramente claro reflejo del reciente resurgimiento en la búsqueda del preciado metal, quizás el comienzo de una nueva fiebre del oro en España".

El Museo señala que después de milenios de explotación del preciado metal, se podría pensar que ya no hay oro en los campos españoles, sin embargo, la muestra hace ver que en la actualidad "aún queda mucho oro bajo los pies".

En la primera mitad del siglo XX, los hallazgos de pepitas en España fueron "pocos y esporádicos" aunque los ríos y arroyos han proporcionado una "cierta cantidad de oro" en partículas finas.

En la década de los años 80, se empezaron a recuperar pepitas "con tamaños muy respetables", especialmente en las provincias de Cáceres y Salamanca y unos diez años más tarde se descubrió el yacimiento de Casas de don Pedro, en Talarrubias (Badajoz), donde apareció la mayor pepita de oro española conocida hasta la fecha y que se ha llamado Pepita Doña Josefa, de 218 gramos de peso.

Según el IGME, desde que se recuperaron estas pepitas, se ha experimentado un crecimiento exponencial y se han creado grandes colecciones con valiosos ejemplares.

Además, destaca que el oro natural es un mineral sujeto a gran demanda por parte de museos y coleccionistas privados. Su valor económico es muy superior al valor de su peso en oro y su precio asciende de forma exponencial con el tamaño de la pepita.

Pepitas que pesan más de 50 grados, el precio por gramo es unas 3 o 4 veces que el gramo de una pepita más pequeña, por la escasez de ejemplares voluminosos.

La colección consta de 120 muestras de oro, alguna de 135 gramos, extraída la pasada primavera en la zona de Casas de Don Pedro, en Talarrubias (Badajoz). Asimismo, incluye un enorme canto rodado de cuarzo lechoso con partículas de oro visibles desde la superficie que invitan a pensar en la cantidad de oro que contendrá en su interior.

La muestra incluye también una réplica de la pepita de oro más grande del siglo XIX, hallada en los montes Urales y que pesaba 37 kilos y que fue un regalo del Duque de Osuna al entonces director del Colegio de Ingenieros de Minas de San Petesburgo. El original, parece que se fundió para cubrir gastos de guerra.