Cita de Monster Jam en Estocolmo
telecinco.es
02/12/201414:06 h.Durante más de 300 capítulos de Más Que Coches GT he tenido la oportunidad de subirme en coches de competición muy diferentes entre sí.
Empecé con Carlos Sainz y Pedro de la Rosa con dos coches del DTM en el circuito de Cataluña, después estuve con Dani Sordo en un Citroën World Rallye Car; e incluso he disfrutado de un ejercicio del campeonato del mundo con un avión de vuelo acrobático.
Pero la máquina que probé hace unos días en Estocolmo ha superado de largo todas mis expectativas: un Monster Truck.
La madre de todas las pruebas que se han hecho en este programa me tocó a mí y os aseguro que la experiencia ha sido inolvidable.
Una de las citas europeas más importantes de Monster Jam se celebra cada año en la capital sueca y hasta allí nos fuimos para asistir a este gran evento.
El escenario elegido fue el Friends Arena, un moderno estadio cubierto que en apenas un día se convirtió en una pista de exhibición perfecta para estas "bestias" saltarinas.
El truck que nos designaron para nuestra prueba fue el Iron Man, una máquina que tiene un motor de 9,4 litros que rinde nada menos que 1.500 CV. Y pesa 5 toneladas.
El combustible empleado es metanol y firma un consumo medio de 11 litros cada kilómetro...sí, cada kilómetro. Cada 1.000 metros.
Tiene una altura de 3,8 metros, es decir, como la primera planta de un edificio, y una anchura de 3,7. y lo que más me llamó la atención fueron los neumáticos, que miden casi como una persona y usan presiones muy bajas, en concreto de 1,3 bares, para favorecer la tracción.
Las ruedas son tan específicas que se tardan 50 horas en construir un solo neumático, casi tres días de trabajo en la factoría.
Y llegó la hora de la verdad. Después de colocarme el mono, las botas, los guantes y el casco... Iron Man aguardaba en la pista.
El acceso al truck se hace por debajo de la carrocería a través de una pequeña escalera integrada y, una vez sentada en el bacquet, me ajusté los arneses.
Uno de los responsables del equipo me explicó el funcionamiento del coche, que tiene tracción total, cambio automático y ruedas directrices traseras que se manejan mediante un joystick.
Y arranqué. De repente, bajo mi pie había un pedal que daba rienda suelta a más de 1.000 CV de potencia. El ruido del motor era atronador, pero tengo que reconocer que conducirlo me resultó más fácil de lo que esperaba.
Fueron dos giros, apenas unos minutos, pero la descarga de adrenalina resultó sencillamente brutal. Así que ya estoy deseando repetir la experiencia cuando vengan a España el próximo mes de junio.
Será en Valencia, Madrid y Barcelona y por propia experiencia, os digo que no os lo podéis perder.