Prueba del nuevo Audi Q7 (2/2)

Y continuamos en Suiza con la prueba del nuevo Audi Q7. Modelo que estará disponible en el mercado español desde el mes de junio y lo hará con dos motorizaciones: un bloque diésel con tres litros de cubicaje que rinde 272 CV de potencia y otro de gasolina TFSI con 333.

De ambos propulsores sorprende la fuerza que tienen y sobre todo, el gasto medio de combustible: apenas 5,7 y 7,7 l/100 respectivamente.

Más tarde, en otoño, llegarán nuevas variantes como la que tiene propulsión híbrida y otro motor de gasoil con 272 CV.

El Q7 incorpora suspensión neumática, algo que ayuda a conducir el coche como si fuera un deportivo. Por supuesto, el chasis de aluminio y acero y la tracción total Quattro colaboran mucho en esta tarea.

Pero si algo sorprende en este nuevo Audi es su arsenal tecnológico: tiene sensores que pueden evitar una colisión en un cruce; avisador de peligro cuando abrimos la puerta; conducción autónoma de forma limitada en situaciones de tráfico; y avisador al salir marcha atrás de una plaza de aparcamiento.

Sin embargo, lo más innovador en un coche de esta clase es el sistema de ruedas directrices. A baja velocidad, la ruedas traseras giran en sentido contrario a las delanteras. De esta forma, los giros en un parking parecen de ciencia ficción en un vehículo tan grande.

Otra de las delicatesen que incluye es la posibilidad de manejar el remolque para favorecer la maniobrabilidad. Así de sencillo y desde la consola central.

Así es la segunda generación del Audi Q7, un coche que de nuevo marcará un antes y un después en la marca alemana. Y lo más importante: ya se admiten pedidos con un precio que arranca en 65.900 euros.