Kiko Matamoros cuenta que sabía de la existencia de Anna desde que nació, y esa es la información que le ha llegado durante años de los círculos del jinete: "Álvaro, que está más tieso que una regla, aprovecha que la criatura ya sabe quién es su padre para circular públicamente la historia y sacar un rendimiento económico". Los colaboradores creen que aún queda la segunda parte: la entrevista de Anna.