Mercedes y Fernando llevan tres años en el paro y viviendo en condiciones infrahumanas. Para no quedarse en la calle, este matrimonio se ha visto obligada a ocupar una casa, en la que viven sin lyz y sin agua junto a sus hijos. Pero esta noche, una llamada de teléfono les ha cambiado la vida. Un empresario de Islas Baleares les ha trabajo, comida y casa a cambio de permanecer en el más absoluto anonimato.