La Audiencia Provincial de Toledo condena a Andréspor tentativa de asesinato a la pena de ocho años de prisión y a no acercarse a Miriam a una distancia inferior a 500 metros. Él entra en prisión, pero el miedo de Miriam no desaparece. De hecho, lo que comienza es una vida de miedo constante, para ella y para sus hijos, que todavía hoy no ha terminado.