Sinopsis del capítulo 3x22: 'Sin Perdón'

WILLY DE LA VEGA/WILLY VANILLY/ GUILLERMO DE LA VEGA (YA NO SÉ NI QUIÉN SOY!!!) 01/07/2009 16:58

El webisodio en sí basa su endeble trama en una confusión. El gran jefe omnisciente (metafóricamente Dios en el plano empresarial) encomienda a los redactorzuchos Willy & Diego la tarea de hacer una limpieza de becari@s, que la empresa no está para echar cohetes y sobra gente en la plantilla.

El jefe habla de "limpieza" y usa la expresión "que no quede títere con cabeza" y claro, los dos disminuidos psíquicos que protagonizan y escriben la serie se lo toman al pie de la letra. Literalmente exterminan a todo becari@ que se cruza en su camino a punta de pistola. Rollo sicario.

El jefe, al enterarse, monta en cólera y como castigo les impone una dura elección: sólo puede quedar uno de los dos. El otro será despedido y esa decisión recae en Willy & Diego, que vuelven a malinterpretarle y entonces Willy decide ofrecerse a morir porque "la vida sin Michael Jackson es una mierda".

Pero antes de morir, Diego concede a Willy una última voluntad que éste último aprovechará en clave de látex. Tristísimo ver cómo Willy penetra un ser inerte antes de irse al otro barrio. Pero así es la vida, al menos en Becari@s.

Y entonces llega la escena final. Un plano general acojonante que te deja con un nudo en la garganta. En silencio y con el único sonido de la bala haciendo eco en el parking de Telecinco. Te deja mal cuerpo, no nos engañemos. Puede que se trate del momento más bestia de la historia de la serie. Y mira que eso es difícil. Si esta comedieta tuviera algún tipo de trascendencia, el plano suscitaría polémica y con un poco de suerte alguna demanda caería del cielo como agua de mayo.

Ah, y a todo esto informar de que Becari@s acaba la temporada, que es posible que se emita algún capítulo especial de verano genuflexo y lacayuno y que en septiembre empieza la 4ª temporada. Pfffff, qué pereza. Volvemos en septiembre siempre y cuando nadie tenga un soplo de lucidez repentino y nos mande a todos a nuestra casa o a un psiquiátrico, que es donde deberíamos languidecer de por vida. La higiene mental de los intrépidos internautas que nos siguen está en juego y eso no es baladí. Es que me encanta acabar un texto con la palabra baladí.