1. Obedecerás ante todas las cosas. Y no sólo a tus jefes, si no a todo el que te pida algo, porque no se te puede olvidar que eres el último mono en la oficina, hasta para cogerte vacaciones...
2. Siempre contestarás con una amplia y agradecida sonrisa a cualquier mandato que te hagan, sea el que fuere. Lo importante es demostrar a tus jefes lo feliz que eres desde el día que te aceptaron para trabajar.
3. Cuando te pidan, por favor o sin el, que hagas fotocopias, asentirás de buena manera y tendrás que dejar todo lo que tengas que hacer para quedar bien entre tus compañeros y jefes. Lo más importante es hacer ver que estás para lo que se necesite siempre, aunque no lo sientas así.
4. Nunca reconocerás que los viernes vas a la oficina de empalmada, simplemente acuérdate de recordarles a tus compañeros que la conjuntivitis te ataca siempre a finales de semana ¡Estudias tanto!.
5. Y aunque trabajes más que nadie, nunca te atribuirás ningún mérito. Recuerda que ese es el primer mandamiento del manual de los jefes, no se lo quites.
6. No serás trepa y con mucha discreción intentarás que te renueven aunque cobres menos que nadie. Y encima les estarás tremendamente agradecido y adorarás a la empresa toda la vida, pase lo que pase en el futuro
7. No llegarás tarde a trabajar, aunque lleves ocho horas de clase en la facultad y tengas que desplazarte hasta el trabajo en autobús, metro y tardes casi dos horas en llegar. Y aún así, si te preguntan, tú estás encantado/a con tu vida de becario/a.
8-Los puentes y festivos te ofrecerás voluntario para trabajar. Mientras todos descansan en la playa, tú te encargarás de sus tareas. Y recuerda que a su vuelta tienes que darles las gracias por haberte dejado adquirir nuevos conocimientos.
9- No tienes hora de salida, y si al firmar el contrato alguien te la dijo, tienes que olvidarla inmediatamente. Es un puro trámite.
10. Te leerás este manual del becario con detenimiento y acatarás todas las normas que aquí se establecen.