Sí, Internet, este ciber-mundo es mágico. En él, las realidades pueden parecer falsas y las falsedades pueden parecer reales.
Os voy a contar una “hipotética” historia:
Hace "muuuuuuuuuchos años", en un blog que unía a muchísima gente porque todos tenían , digamos, una afición común, algun@s bloguer@s eran más pasionales y sus escritos destilaban esta pasión. Entre ellos se creó una, llamémosle amistad, que les llevó a comunicarse por canales más privados (mails, messenger, incluso vía telefónica...). Las risas eran constantes y el buen humor, la complicidad y la “amistad” entre ell@s, crecía cada vez más y más.
Pero en el blog principal, cada día aumentaban sus “enemigos”. Era lógico. Estas personas eran muy apasionadas, muy locuelas o "cantarinas", como se le quiera llamar y, por ello, igual que crecía el número de sus adeptos, crecía también el número de sus detractores.
Un buen (mal) día, aparecieron un montón de nicks (a saber cuántos y quienes eran), metiéndose con la bloguera A. Ella se disgustó, como es normal, y la bloguera B, para calmarla (y sin conocerse ambas), decidió cortar por la tangente y, aprovechando una serie colombiana que se emitía en aquellos tiempos en televisión, le dijo algo así como: “No te preocupes. Hablan de nosotras porque somos “....” (no recuerdo la actriz de Hollywood a quien se refirió). Y añadió (siempre en broma) “Si fuésemos Bety la fea, nunca se meterían con nosotras”.
Risas y más risas en todo el blog. Era una respuesta boba, sin ninguna intención. Iba destinada a esos nicks que les atacaban constantemente. Ni la bloguera A ni la B se conocían personalmente y, por tanto, no podían saber si eran realmente tan hermosas como la famosa actriz de Hollywood. Era una respuesta tan "chorra", como si hubieran dicho "para chulo, chulo, mi pirulo" (Ains... grandes hermanos, qué hubiéramos hecho sin vosotros y sin vuestras "frases lapidarias")
Pero entonces, para sorpresa de los presentes, saltó la bloguera C y empezó a recriminarles que la llamaran “Bety la fea”. A las blogueras A y B, al igual que al resto de gente presente, se les quedaron los ojos como platos. ¿Quién había nombrado a la bloguera C? ¿Por qué se daba por aludida si ella, con su nick habitual, jamás se había metido con “el otro equipo”? Además ¿Era fea? ¿Eran las otras “guapas”? ¿Quién podía saberlo, si nadie conocía el rostro de nadie?
A partir de aquel momento, la bloguera C, la que se dio por aludida inexplicablemente, se dedicó a enviar correos al administrador (que no tenía nada que ver con esta absurda historia), pero eran una especie de escritos “a 3 bandas” (o más). En estos correos pedía explicaciones, acusaba a la bloguera B de no se sabe qué historias. Francamente era para creer que a la bloguera C le había dado una crisis de "algo", que no se entendía. Sus dulces palabras en público se tranformaban en cuchillos y en paranoias en privado.
La bloguera B, siempre intentó decir en estos correos, que lamentaba que le llegaran al administrador estas bobadas y que no iba a entrar en este juego.
Pero la bloguera C (la que se dio inexplicablemente por aludida cuando se habló de la telenovela colombiana), seguía y seguía sembrando extrañas dudas aquí y allá.
Mientras tanto, las blogueras A y B, más alguna/ algún otro, estaban estupefactos por la actitud tan extraña de la bloguera C. Entre ellos escribieron privadamente textos graciosos, para tomarse las cosas menos a la tremenda e incluso, para desahogarse, algunos de ellos se encabezaban con: “es que a mí me dan ganas de decirle.....”.
Aquello acabó entre risas y bromas. Cada quién, creyéndose entre amigos e intentando que nada dañara el blog del administrador, echaba sacos y culebras por la boca, cada vez que la bloguera C, encerrada en su bucle, metía más y más la pata.
Pasó el tiempo y las cosas se obscurecieron. El tema de la bloguera C pasó a ser una pequeña nube (al menos es lo que creyeron los “implicados”) y los problemas en aquel blog tomaron una dimensión mucho mayor por parte de otros “ilustres” blogueros. Fueron tantas las escisiones, que llegaron a hacer tambalear aquel maravilloso espacio que un hombre llevaba tiempo construyendo con su esfuerzo. Siguió pasando el tiempo....
Pero antes de pasar el tiempo, el dueño del blog, propuso a la bloguera B moderar un foro. Dicha bloguera respondió que no podía hacerse cargo de tanta responsabilidad, ya que el foro funcionaría todo el año y, por aquel entonces, la bloguera B no disponía de tanto tiempo libre. Y, cuando el dueño de la web le dijo que debía compartir la moderación con la bloguera C, la primera le respondió que no quería crear problemas y que, definitivamente no aceptaba esta tarea.
Y ahora sí que siguió pasando el tiempo....
La bloguera B, creyéndose “entre amigos”, ya que la bloguera
A no volvió a escribir con su nick, explicó un día, quiso compartir, pidió ayuda moral, cuando su marido (por entonces exmarido/novio) sufrió una grave dolencia cardiaca.
Más tarde, volvió a sincerarse cuando creyó que la vida se le iba. (No se equivocó, ya que la primera intervención, en la que le extirparon un pólipo, no reveló la verdadera enfermedad que padecía).
Y pasó el tiempo....
Y, en conversaciones telefónicas, otra bloguera (le llamaremos D), le cuenta a B el daño “real” que le produjo la bloguera C (la que se dio por aludida sin razón cuando se habló de Bety la fea)..
La bloguera D habló de... digamos, abuso de su buena fe en el tema económico.
Paralelamente (o antes de este último episodio), y sin saber realmente el motivo, la bloguera A, antes "amiga" de la bloguera B, mas un montón de supuestos "amigos" (todos ellos nicks, sin identidad, evidentemente), montaron una especie de "reducto" en el que se hablaba siempre mal de la bloguera B. Y hay quien se preguntará ¿Qué crimen había cometido esta simple bloguera?... No lo sabremos, imagino que ser confiadada y andar siempre a cara descubierta... Tal vez no se le dió oportunidad de explicarse de "vete a saber tú qué cosas" de las que se le acusaba.
Y siguió pasando el tiempo... y se le acusó de otras mil historias que la bloguera B no entiendía, pues se entremezclaban aquel pasado sin sentido, con un presente que tampoco comprendía. Y aquella bloguera no quería guerras, no quería venganzas, no quería perder su tiempo en entrar en un bucle del "ciber-espacio-sideral", donde, seguramente, seguiría sin entender nada.
Y a veces me pregunto, ¿Por qué no salió todo a la luz y se desveló la identidad de cada uno? ¿Por qué se sigue vertiendo tanta mierda sobre una persona y nadie cuenta su verdad? ¿Por qué hay quien se escuda en el anonimato, o quien se hace la víctima y contribuye a que este linchamiento sea cada vez más grande? ¿Quién tiene algo que ocultar? ¿Qué es lo que oculta? ¿Por qué cada vez hay más gente que, desconociendo la verdad, se apunta al carro del "linchamiento"? ¿Será que los seres humanos necesitamos siempre una diana donde escupir nuestras iras y nuestras frustraciones personales?
Eso es una historia, un cuento, algo tan irreal (o real) como lo es el medio por el que nos comunicamos. Sólo he contado una hipotética historia de las muchas que se viven cada día en el ciber-espacio.
Hay veces en las que es preferible no tener memoria... Pero, aunque uno no la tenga y quiera borrar aquello que le hace daño, siempre hay quien insiste en rememorar momentos dolorosos...
Pero Internet sigue siendo mágico y nos puede dar grandes alegrías. En mi caso he conocido a una peraja que se casó (y tuve el privilegio de estar en aquella boda). Conocí a quienes hoy son dos de mis mejores amigas. Una de ellas también conoció el amor en este medio. Gracias a Internet he asistido a innumerables "quedadas" para poder poner cara y voz a estos nicks con los que llevas hablando tanto tiempo. Gracias a Internet he conocido a gente maravillosa y he pasado, y paso, buenísimos ratos.
Si hago un balance, creo que ha sido más lo positivo que lo negativo y, como no me gusta pensar en lo obscuro, en lo ruín, en lo perjudicial, me quedo con las buenas gentes que, a Dios gracias, son muchas.
Y a ti ¿Qué te da o qué te ha dado Internet? ¡Cuéntanos, si quieres, tus experiencias!
Gracias a todos por vuestra compañía y por el cariño que me demostrais a diario.
Carla.-
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