Peligros y exageraciones

telecinco.es 22/06/2011 10:45

Alberto llegó a la isla, se aferró al machete y no había quien se lo quitara de las manos. Esta especie animal de difícil clasificación (mezcla entre pulpo y burro) afilaba obsesivamente ese arma blanca del que le habrá costado desprenderse por decisión de la dirección del programa. Lamento ser pesado y repetitivo, pero me sigue pareciendo extraño que no tomaran una decisión más radical, entre otras cosas porque no se puede asegurar que no agarrará el machete una madrugada, aprovechando uno de esos momentos que la playa apenas queda alumbrada por la luna y los cámaras se han marchado a dormir.

No es por dramatizar pero viendo el fantástico resumen de ayer me parece un riesgo innecesario mantener a este concursante entre el resto, entre otras cosas porque sospecho que será expulsado por la organización este jueves, y si no es así casi seguro que le expulsará la audiencia una semana más tarde. Por tanto, para qué prolongar esto innecesariamente. Aunque por otro lado viene bien para terminar de conocer a algunos personajes.

Tatiana es una de las que se ha dejado ver gracias a la acémila gaditana. Primero va a consolar a una llorosa Sonia y despotrica contra Alberto porque no hace nada salvo pasear el machete, pero luego dice que ellas tuvieron la culpa por no haber soltado la esterilla. Cuánto recuerda esto a esos jueces que justifican violaciones porque la mujer viste provocativa, o la conciencia corrompida de una parte de la sociedad que ante los maltratos de un vecino a su mujer tiene preparada una respuesta de este jaez: "Algo habrá hecho".

Lo de Tatiana viene a ser lo mismo, compartido por una Rosa que ya ha borrado a esta compañera de entre sus amigos en la isla. Descubrimos que no estando Montalvo se acabó, ninguno otro es su amigo. Empiezo a pensar que Rosa está un poco trastornada desde que conoció a Montalvo. Eso sí, el día anterior decía que él y Tatiana eran sus dos gemelos en la isla. Debe ser que a una ya la desheredó. Se siente.

Visto desde mi sofá, sin un descerebrado armado a mi lado, pueden parecer exageradas las lágrimas de Sonia al día siguiente de ese largo plano secuencia en el que se enfrentó a la violencia de un tipo con machete. Es posible que exagerase con el fin de utilizar todo este episodio de dos maneras: zafarse de un competidor que ha entrado comido y descansado cuando los demás llevan mes y medio de penalidades, y recuperar esa imagen de víctima marginada por el grupo que las circunstancias le habían obligado un poco a dejar casi en el olvido.

No estoy en la piel de Sonia y me declaro incapaz de determinar si su llanto es real o fingido. Solo tengo como elemento de juicio que por sus mejillas corren lágrimas reales, tan válido y determinante como cuando alegamos que alguien parece estar simulando el llanto porque no vemos lágrima alguna. No es definitivo, solo se trata de un dato. Con todo, puede que Sonia sepa provocarse las lagrimas y esté intentando engañarnos cuando llora horas después de sucedido todo. Ahora bien, entiendo su aflicción no tanto por la violencia sufrida como por la parte de apoyo mostrado por sus compañeros.

Durante una pausa del debate Tatiana se pone completamente del lado de Alberto. ¿No es para llorar? Comprendo que provoque tanta desolación como tristeza ver como puede concitar más apoyos por parte de algunos un tipo despreciable como este. Da igual que esa manifestación se produzca a la media hora o veinticuatro horas después, especialmente cuando esa misma compañera ha estado despotricando del mismo sujeto al que luego defiende.

A veces el subconsciente nos traiciona, como le sucedió a Arturo en lunes pasado durante la emisión del directo. Sus palabras a Toni fueron más o menos estas: "¡Qué poco la defendiste cuando la estaba agrediendo!". Se refiere al episodio de violencia protagonizado por la acémila hacia Sonia y Carolina, centro de toda esta polémica. De forma que a Arturo, el mismo que acusa a Sonia de hacer un papelón e intenta tímidamente frenar el impulso agresivo (particularmente de forma verbal) de Alberto, le sale luego toda una declaración de intenciones, de forma probablemente imprevista.

Según Arturo, la bestia del machete agredió a Sonia y Carolina. A partir de ahí cualquier cosa que diga solamente sirve para justificar esa acción, por mucho que parezca la madre Teresa de Calcuta dando consejos a su compañero de concurso. Desde ayer intento decir algo sobre como veo este asunto, probablemente sin haber conseguido explicarlo bien. Ya puede haber mediado la provocación anterior que fuera, tanto de Emma como de Sonia o Carolina, porque nada es comparable en gravedad a la violencia de este sujeto.

Todo lo demás forma parte de este juego que estamos acostumbrados a comentar y sirve para llenar parte de nuestro tiempo de ocio. Si no existieran héroes y villanos en un reality probablemente el formato fracasaría. Nos encargamos de criticar y analizar los comportamientos de unos y otros, que si fulano roba o mengano le da una mala contestación a otro concursante. Situaciones no tan importantes que, sin embargo, provocan ríos de tinta y días seguidos de comentarios sin fin.

Está dentro de lo previsible que Emma robe o Sonia y Carolina se muestren egoístas en el reparto de esterillas. Estas y casi todas las circunstancias que se dan entre concursantes pertenecen al desarrollo normal de este juego. Incluso provocar al contrario es legal aunque arriesgado, especialmente si este va provisto de un machete. Lo que está penado es responder con violencia y maltrato físico a una provocación. En ese caso quien provoca está concursando con inteligencia (aunque moralmente nos parezca reprobable) y quien responde mal a la provocación se equivoca porque da una respuesta que determina su expulsión del concurso.

En definitiva, intento transmitir la idea de que todo lo previsible en el juego puede ser más o menos criticable pero está en un plano totalmente distinto al empleo de la violencia. Sobre los comportamientos de concursantes que no se salen de madre podemos estar o no de acuerdo, pero no cabe la duda ante un cafre que emplea la violencia, empuja a un compañero, arrastra a dos mujeres tirando de una esterilla, insulta gravemente y de forma repetida, y todo ello lo hace blandiendo un arma blanca.

En el apartado de cosas pendientes de resolución estaba aquello que vimos en la última hora del lunes sobre si la acción de arrebatar el machete a Carolina le había provocado a esta algún corte en la mano o no. Es evidente que no puedo discernir si el corte es de ese momento, anterior o posterior, pero existe. Recordemos que Carolina responde tímidamente que no le había cortado, mientras se mira la palma de la mano derecha. Es extraño responder a esa pregunta mirando la palma de la mano, lo cual hace pensar que algo está ocultando.

En segundo plano Sonia gritaba que sí le había cortado al tiempo que Carolina negaba la mayor. Buena parte de la opinión se decantó entonces por pensar que Sonia mentía, una vez más acusándola de exagerar de forma interesada. Este es un puzle al que le faltan piezas, lo cual hace imposible tener ni siquiera la aspiración a completarlo. A pesar de eso, creo que el corte es cierto, se ha visto en las imágenes y me hace pensar que es de ese momento el hecho de que ella se haya mirado la palma repetidamente desde entonces.

¿Por qué lo niega entonces? Se equivoca al hacerlo porque esa era una ocasión única para que la organización se decidiera por la expulsión de ese animal. No estoy dentro de su cabeza pero supongo que lo hace por miedo. Ya sé que están las cámaras en directo, el presentador al otro lado y el machete extrañamente no está en las manos de Alberto. Pero claro, un rato más tarde los focos se apagan, el directo desaparece, el presentador se va a su casa y quedan ellos dos: el machete y él.

El miedo es propiedad de cada uno y nadie le manda, ni siquiera uno mismo es capaz de controlar el propio. Por eso digo que entiendo el miedo de Carolina, lo cual no justifica que no sea fiel a la realidad y niegue el corte en la palma de la mano que hemos visto todos. Menos miedo le tiene esta concursante a Rosa Benito, sobre quien ha hecho un diagnóstico perfecto. "Todos la están lamiendo el culo por mantenerse aquí y yo me he venido a compartirlo todo con vosotros (por Toni y Sonia) porque no quiero seguir lamiéndole el culo a Rosa", dice Carol. ¡Toma ya!

Quien ha perdido casi todo apoyo en la isla, excepto el de la acémila, es Emma. Nadie parece creerla y vemos que de Jeyko a Rosa se inclinan por pensar que son caracolas robadas las que le reclama a Sonia. O sea, estos concursantes piensan que Emma le quita sus caracolas a Sonia para luego acusarla de ladrona cuando esta se decide a recuperarlas aprovechando su ausencia en la playa. Lo de esta chica es de traca.

Prometí ayer hablar de la prueba de líder. Cada semana cambian las reglas y esta vez se enfrentarán dos finalistas aspirantes a colgarse el collar de líder el próximo jueves durante la gala. Menos mal que ya no hay división sexista, de hecho, esta semana serán dos mujeres quienes lo hagan. Se trata de Sonia y Jessica. Cuando explique la mecánica de la prueba se entenderá.

Tenían que aguantar sobre dos soportes en el agua, con una pierna sobre cada soporte, una bandeja circular en la mano y sobre la misma una esfera. Fueron cayendo uno a uno: Carolina, Alberto (descalificado por apoyar la bandeja en la tripa), Arturo, Tatiana, Jeyko, Rosa y Rosi. ¿Por qué quedó Jessica? Lo explicaba ayer blackadder:

Apuntes de bitácora

Por cierto, ayer vimos a Jessica marchando de expedición con parte del grupo (se quedaron en la playa Sonia, Carolina, Toni y Jeyko solamente). Espectacular muestra de movilidad por parte de esta palmera animada.

Javier B.V nos deja hoy su visión de Alberto, cuyos tentáculos no son capaces de manejar el machete como a él le gustaría.