No todo vale

telecinco.es 02/07/2010 09:37

No hace falta ser muy astuto para darse cuenta de lo que está haciendo decantarse a la audiencia votante en estas últimas semanas. Basta con repasar la relación de concursantes expulsados para que caiga quien no se haya dado cuenta todavía. Vamos allá: Guillermo Martín, Rafa Mora, Mireia Canalda, Óscar Higares. ¿Aún no? Bueno, puedo prestar un poco más de ayuda a este respecto.

Recuerde el lector los cuatro concursantes que hicieron un pacto consistente en no afeitarse las barbas hasta llegar a Madrid (no nominarse mutuamente), deseando que fuera para el programa de la final. Muy bien, pues ahora añádanle el nombre de la concursante que más defendió a Rafa, prácticamente la única que lo hizo tras algunas actitudes de este que nadie parecía dispuesto a avalar. Ahora solo queda quitar de la lista resultante el nombre de Miguel Ángel Perdiguero, nominado por segunda vez anoche (la otra ocasión fue la primera semana y contra Consuelo 'chubasqueros').

De esta forma, podemos hacer la lista de los cuatro últimos expulsados. Tres de los integrantes del gafado pacto de los barbudos y una simpatizante de los mismos a la que no hicieron partícipe porque ese era un club de caballeros en el que no había cabida para una mujer, por muy 'barbuda' que se mostrase y muchos méritos que hiciera. Disculpen este pequeño ejercicio histórico pero la expulsión de Guillermo confirma que ese pacto no gustó, razón por la cual han ido saliendo de la isla uno a uno, sin solución de continuidad.

Solo queda Perdi, el cual no había vuelto a ser nominado desde la primera semana, como ya he señalado. Pues bien, anoche Deborah dijo que no nominaría una vez más a Trapote, dando un respiro a quien había sido nominada seis veces consecutivas. Solo le quedaba, por tanto, Perdi, teniendo en cuenta que estaba nominada "su familia" (Parri y María José), y no desea que se vayan todavía Sonia y Malena puesto que llevan poco tiempo en la isla. Creo que enmascaró un poco su decisión para quedar bien con todos, lo cual acostumbra a hacer.

La realidad es bien otra, según yo lo veo. Debi nomina a Perdi porque se considera engañada por este concursante que lleva toda la semana malmetiendo contra María José. Es curioso que el ciclista argumentase el miedo de esta a no llegar a la final, cuando era él mismo quien más temor parecía tener. No se explica de otra forma tantos esfuerzos por cargarle todos los muertos a la misma persona, llegando a contar mentiras que anoche habían sido descubiertas.

Una oportuna conversación entre María José y Deborah sirvió para descubrir que Perdi había manipulado las palabras de la primera sobre la mujer con quien lleva manteniendo la relación más longeva en el concurso, la única que la ha soportado durante tanto tiempo. Mariajo no había menospreciado a Debi como posible finalista ni había puesto en duda sus opciones, simplemente comentó como una contrariedad su afección de riñón, ya superada. Es más, en un reciente resumen vimos como tras conseguir su segundo collar de líder consecutivo comentaba "Debi puede ganar", lo cual fue transformado interesadamente por Perdi en un "no puede ganar" radicalmente contrario.

Fue inteligente Deborah al aclararlo antes de la gala. Está claro que su nominación a Perdi fue por esta razón, aparte de poder ser un castigo por la violenta actitud de este en el juego de recompensa del día anterior. Además, cuadra con la interesante división de votos entre famosos y anónimos, que anoche tuvo una plasmación inequívoca y exacta. Evidentemente, tenían las de perder los anónimos al ser menos. Con Deborah líder solo quedaban dos, precisamente los que quedaron nominados por el grupo.

Los otros dos anónimos también habían nominado a Perdi, además de a Trapote. En este caso utilizando el desactualizado argumento de que se quiere marchar, lo cual aparte de falso es absolutamente ridículo. Buena prueba de ello es ese "gracias" que le dijo a Deborah cuando está aclaró que no la quería volver a nominar. Bastaba con que hubieran dicho que no querían nominar a Sonia y Malena, que se fueron anoche de rositas con cero votos cada una.

Si Parri y María José coincidieron en sus votos lo mismo pasó con el resto de concursantes supervivientes. Sonia, Malena, Trapote y Perdi nominaron a María José y Parri. Bueno, ese ultimo puso "Parris", porque tras nueve semanas de concurso aún no se ha aprendido el nombre de su compañero. Cada vez me ponen más fácil el comentario sobre las nominaciones.

Sobre si debían haber castigado el pacto, lo cierto es que lo hubo en ambos bandos, en caso de que se considere tal la coincidencia en los votos. Una coincidencia claramente acordada, lo cual vimos esta vez cuando se ponían de acuerdo para tumbar a María José sentándola con dos concursantes fuertes, como comentábamos ayer.

Pues bien, ya está la concursante de más edad en la palestra junto a Parri y Perdi, enemigos bastante irreconciliables tras la lucha sin cuartel de la última prueba de recompensa, que comentaré en seguida. ¿Quiere eso decir que será la segura expulsada de la próxima semana? Si tenemos en cuenta la lista de los cuatro últimos expulsados, argumento con el que he comenzado este escrito, la conclusión es que le toca a Perdi. Es decir, la respuesta sería un no rotundo. Solo será expulsada María José si una mayoría de espectadores considera que esta es una ocasión de oro para quitarla de en medio. Particularmente creo que habrá otras posteriores, y a no mucho tardar.

Mariajo es pesada hasta decir basta, eso no hay quien lo niegue. También ha demostrando su egoísmo en sobradas ocasiones, la más clamorosa cuando estaba gimoteando por la visita al médico que debía hacer Román pero no desaprovechaba la ocasión de quedarse con su ración de arroz preguntando si alguien la quería y sin apenas escuchar las posibles respuestas a su pregunta porque entonces ella ya se la estaba comiendo. Además, tiene un morro importante por pedir todo el rato la ropa a sus compañeras. Verla con el bikini rojo de Trapote es bastante impactante, especialmente teniendo en cuenta lo bien que le queda a la periodista.

Con todo, no la he visto nunca manipular la realidad para dejar en mal lugar a ningún compañero, lo cual hizo Perdi con ella esta semana. Siendo justos, y prescindiendo de otras dinámicas en el juego, lo justo sería castigar a este. Por mete mierda, simplemente. Eso sin considerar que la lista de expulsados quedaría completada de forma ordenada, quedando equilibrados los grupos de famosos y anónimos con tres cabezas cada uno.

En cuanto a la polémica prueba de recompensa es cierto que algunos se excedieron en la interpretación del "todo vale". Los propios principios deciden en estos casos si realmente vale todo o no, si es de recibo y compensa moralmente hacer daño intencionadamente a un compañero a cambio de una recompensa de comida, por muy necesitados que estén.

También es cierto que yo vi a todos excediéndose un poco, como digo, y Parri reaccionó un poco como una nena ofendida, casi gimoteando porque se había hecho daño en el juego. Algunos compañeros de equipo, como Malena, no le perdonaron que abandonase cuando uno de ellos debió hacerlo para compensar la baja de Deborah, a quien le pasaron por encima y le hicieron daño en la espalda. Creo que fue Sonia, lo cual demuestra que todos, más o menos intencionadamente, dañaron a alguien.

Según contaron, hubo arañazos, cogidas de huevos y cabezas enterradas en la arena. Demasiado fuerte el enfrentamiento para un grupo que ha de seguir conviviendo al menos tres semanas más. Todos asumieron demasiado bien la violencia de un juego que les obligaba al contacto personal, pero está claro que unos se excedieron más que otros. Entre quienes menos escrúpulos tuvieron parece que está Perdi, lo cual se ve claramente en las imágenes de la izquierda.

Otra cosa es acusar de trampa a lo que no lo es. No entiendo que hicieran tal acusación si el programa no había considerado que fuera ilegal tirar la bola con poca potencia para facilitar que el propio equipo la recoja y gane el punto. Es lo más parecido a hacer una dejada en el tenis, algo que ejecutan con acierto los mejores jugadores. Sigo viendo a Parri quejicoso y puntilloso en exceso, a pesar de que entienda en este caso su discurso a favor del juego limpio.

Sobre el resto del programa sintetizaré contando que del invitado esperado no supimos nada. Prometo que no estaba fumado cuando puse lo que puse ayer. Lo estaba copiando de la nota de prensa, así que algo debió pasar para que al final no hubiese ningún invitado avezado experto en supervivencia. Les devolvieron las dos esterillas y la olla grande que les habían arrebatado una semana antes, como premio por la construcción de la cabaña. Les pareció poco y exigieron comida, pero no valió de nada. Además, les propusieron a las chicas el reto de pescar veinticinco piezas hasta el jueves próximo, a cambio de un premio pero con el castigo de quitar algo a cada uno si no lo lograban. Fueron sensatas y no aceptaron el reto, aconsejadas por un Parri poco confiado en que pudieran pescar tanto.

También les hicieron elegir entre comer una lasaña o poder salvar a uno de los nominados. En este caso volvieron a rechazar la propuesta porque, en definitiva, es la audiencia quien decide y no están como para rechazar comida, lo cual era previsible. Y tuvieron un juego de recompensa que solamente lograron realizar Perdi y Parri, los dos primeros, cumpliéndose los escasos cuatro minutos del tiempo mientras lo intentaba Trapote.

Por cierto, Trapote tuvo anoche una nueva sorpresa, el esperado mensaje de su novio. El torero Víctor Janeiro dijo esta boca es mía, en este caso mediante una carta y un par de fotos de la pareja. La misiva emocionó a la concursante y fue reticente a leerla textualmente en público. Este es su cariñoso texto:

Termino con las imágenes de Román y Rafa, entrevistados anoche en el programa. No se enfade nadie pero creo que al bombero le hicieron un favor obligándole a abandonar. No solamente en beneficio de su salud sino porque en la entrevista me gustó más que nunca. Vi a un tipo centrado y sensato, que no dudó en excusar a su madre por la actitud que tuvo en el plató una semana antes. Es un caso muy claro de 'excusatio non petita'. Jesús Vázquez no había hecho mención alguna al tema. Chapeau por entender el pasmo de muchos al ver esa madre casi diciéndole a su hijo "de esa guerra no vuelvas si no es con el triunfo".

La explicación de Román fue tan buena que me hizo ver el motivo de fondo, por lo cual entiendo hoy mucho mejor a esa mujer. "Mi madre quería evitar que la engañasen", dijo el ex concursante, añadiendo que igual no había sido suficientemente claro desde allí sobre la necesidad de abandonar, entre otras cosas porque al haberle suministrado calmantes no estaba plenamente lúcido. Con la perspectiva actual, y tras haber pasado unos días en un hospital, no le cabe ninguna duda de que la decisión de los médicos fue la que debía ser. Impresionante y muy tranquilizante verle con el rostro mucho más rellenito, claramente recuperado en tiempo récord.

Y lo de Rafa fue más de lo mismo. El universo personal, paralelo a la realidad, en el que vive le hace decir una tontería tras otra. Su espejo refleja para él una imagen distorsionada en la que cuando entró en la isla no era lo más parecido al muñeco de Michelín (inflado artificialmente) sin rastro alguno de alopecia. Se ve perfecto, de lo cual me alegro porque si hay algo malo son los problemas de autoestima. Ahora bien, igual percepción errónea tiene de todo lo demás. Por ejemplo, sigue convencido de que Trapote no ha sido expulsada porque la audiencia la ha querido castigar. Rentable castigo, ¡vive Dios!

Aunque donde estuvo enorme el ex tronista fue en ese recuento minucioso de las veces que fue al baño durante los cinco días que estuvo mal de la tripa, tras cierta ingesta apresurada de lasaña. La cifra exacta es... 56. Sí, señor, cincuenta y seis deposiciones, cincuenta y seis defecaciones, cincuenta y seis evacuaciones. Una buena cantidad de veces descomiendo, yendo de cuerpo, marchándose por la patilla abajo, manchando la porcelana, negociando una liberación de rehenes, pasando los troncos por el aserradero. O sea, una buena colección de excrementos, mierdas, cacas, boñigas, mojones y chorizos. Cincuenta y seis encuentros con una realidad no deseada. Porque sí, queridos amigos míos: Rafa Mora es humano. Los tronistas también cagan.