(12/02/09, mañana) Miserias de un hombre sin tele

telecinco.es 12/02/2009 17:32

(Álvaro González) Vine a telecinco.es desde informativos por propia voluntad. Porque quería, sí, pero no porque la farándula fuese mi vocación. Aunque es un mundo, en cualquier caso, que no me escandaliza como a tantas personas que tienen que demostrar que pertenecen a una pseudo elite cultural pronunciando corazón como si rimase con mierda. A mí me resulta todo muy ameno.

No obstante, el problema en estos, mis primeros meses, es que no estoy puesto. Me falta bagaje en la crónica social a todos los niveles. Pero mi ignorancia es estimulante. Descubrir a Falete y su ex novio en una sola mañana fue como una inyección de caspa intravenosa y con sifón. Penetrar súbitamente en la casa de Guadalix y encontrar a Almudena y sus modales de señorita decimonónica, o a Iván y su dominio de la lengua castellana propio de los académicos más veteranos ("corres como un perro desembocado" -tremendo hallazgo), así como la serenidad, el sentido común y la inteligencia natural que desprendía Ana Toro a primera vista, todo ello en una sola noche, fueron experiencias de choque que ríete tú de La Caja. Cada día era como ser un poco Felix Rodríguez de la Fuente en plena jungla. Molaba.

Todo muy divertido, pero hoy mi incultura folclórico festiva me ha jugado una mala pasada. Tenía una sesión de fotos de Sports Illustrated. La que hacen cada año de mujeres en bañador. Hacer galerías de fotos con excedente de carne humana es una tarea muy habitual en telecinco.es. Me puse a ello afanosamente.

Hoy estaba, como un día más, haciendo corte y confección de culos, tetas, muslos y trocillos de tela como espolvoreados sobre las nenas. Tranquilo, entretenido y feliz. Ana Rosa iba a hablar en su programa de este reportaje y yo tenía que hacer la cobertura. Cuando he visto las fotos me he encontrado con que había tenistas famosas. Siempre he pensado que es un hábito muy habitual entre la juventud masculina el tocarse con tenistas. Palabras como Kournikova me hacen más pensar en palilleros que en ese deporte noble pero pijo que se llama tenis. El caso es que me he puesto a recortar tenistas en poses que invitan al alivio manual más a gusto que en brazos.

Orgulloso de mi obra, he visto luego el reportaje junto a mi jefa suprema. La oberstfuhrer de la multiplataforma, que diría Tom Cruise en su Walkyria. Y ha pasado lo peor. El reportaje de Ana Rosa se centraba en la modelo de la portada. Yo había ignorado a esa mujer completamente. Estaba potente, por su puesto, pero me había parecido que no tenía oficio ni beneficio conocido por la plebe.

Pues nada, resulta que era la novia de Leonardo di Caprio. Cuando me han escrutado con la mirada con cara de sota para que explicase por qué su anatomía no estaba desglosada en una galería en lugar de tres tenistas que no conoce ni Dios, no me ha quedado otra que contestar: "no tenía ni puta idea de que era la novia del tolai ese". La obersfuhrer ha esbozado una sonrisilla. La coordinadora, la lieutenant si seguimos pensando en la peli Tom Cruise, me ha dicho que ya me valía. Ha sido una pena.

Por este motivo hoy me siento un poco plof. O sea ¿sabes?