Ando un poco desilusionado (para variar)

telecinco.es 10/05/2011 17:20

¿Por qué algunos sí y otros no? Esa es la pregunta que me asalta una y otra vez la cabeza últimamente. Por qué se hacen concesiones con algunas personas y las otras tiene que tragar y aguantarse? Como dice el dicho popular y perdón por la expresión, “o todos follamos, o la puta al rio”. Ya estoy un poco cansado de favoritismos y regalos a algunos y todo lo contrario a otros (me incluyo en este ultimo grupo).

En la casa ya tuve que aguantar un trato favorable en momentos decisivos (momento No siesta, si fiesta, que de no haberse producido seguro que la vida en el concurso de Palizas habría sido mucho menor o momento Capsula, donde Yago es el único que tiene la opción de esconder la capsula del tiempo durante una semana y los demás tan solo 8 minutos para encontrarla y sin ningún tipo de pista.) y ahora fuera de la casa más de lo mismo.

Me molesta la cara dura de alguna gente con la vida, la cara dura de no esforzarse para conseguirlo todo. Uno por más que lo intenta hacer bien y con cautela, en el momento que te sales del carril te miran con lupa y te persiguen. Eso es lo que estoy viviendo en estos momentos. Una persecución, una vigilancia extrema que no se extiende a otros individuos a los que les hacen la vista gorda. No es justo. Intento hacer las cosas bien y por el sendero correcto, pero hay momentos, (sobre todo cuando, mirando hacia un lado y viendo a los demás,) en los que me entran ganas de saltarme las normas a la torera. Pero no, no es mi estilo y me mantengo fiel a mi postura de hacer lo correcto. Tragas y tragas hasta que hay un momento donde no puedes tragar más y es entonces donde decides moverte en los mismos parámetros que el vecino, que haciendo la mitad de trabajo y en la mitad de tiempo consigue mejores resultados que tú, que te esfuerzas de manera honesta. Pero claro, hay entran los favoritismos a hacer efecto, porque lo que es viable para un semejante tuyo, no es extensible contigo. Me siento impotente y con ganas de mandarlo todo a tomar viento, pero reflexiono y me tranquilizo, no me queda otra.

Desde aquí doy mi palabra (o lanzo una amenaza, depende de cómo lo mires) que voy hacer todo lo que esté en mi mano para tirar la primera ficha de un domino larguísimo que deje en evidencia esto que estoy denunciando, aunque me suponga un riesgo elevado.

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