Críticos

telecinco.es 18/01/2011 23:09

Lo más habitual para quien está expuesto al ojo público es presumir de ignorar las críticas. Pero es muy difícil resistir a la curiosidad de lo que piensan los otros. Por pura salud mental hay que hacer un ejercicio serio con uno mismo y pensar qué es lo que realmente se quiere hacer y porqué, dejarse influir con criterio y relativizar muchas cosas; en definitiva buscar un equilibrio razonable.

Resulta sorprendente que personas con mucho peso específico en lo suyo vivan en un sobresalto permanente por lo que opinen unos y otros, sin distinguir de dónde proviene la crítica. Así parece que le sucedía en un principio a la propia Princesa Letizia, pendiente al mínimo detalle de lo que se dijera de ella. Y también a muchos compañeros que, dispuestos a juzgar no soportan un juicio negativo.

Se supone que el crítico tiene que tener una excelente preparación, buena memoria y una cierta distancia respetuosa con el objeto en observación. Y ni es fácil ni frecuente; hay mucha publicación arbitraria al servicio de intereses más o menos obvios. Pero a veces se da el caso de alguien que sufre por la decepción de no encontrar aquello que alguna vez atisbó, que sabe que hay una semilla valiosa que el objeto de crítica se obstina en ocultar, que se revuelve furiosa pero honradamente, que destroza la pieza porque la aprecia.

Esa es la sensación que he tenido con Cipriano Torres, un crítico televisivo feroz , pero intelectualmente honrado. Es de las pocas críticas que me han afectado para bien y para mal. En su furia me he sentido querida y en su elogio he observado más su propia satisfacción por poder permitírselo, que el deseo de agradar. Parece que ahora estamos en paz. Hasta nueva orden. ¡Salud!