Asisto asombrada a la lapidación pública de John Galliano, que en realidad se llama Juan, porque sus padres son españoles. Me repugna como al que más cualquier afirmación de amor a Hitler o de odio a cualquier comunidad, sea o no judía. Pero lo que me descoloca absolutamente es que esta invasión de la privacidad, sea miserable y vergonzosa o no, con cualquier artilugio que grabe y eleve a categoría las patochadas que se nos ocurra decir.
No me es simpático este individuo, aunque creo que ha sido uno de los grandes genios de la moda, un talento revolucionario, pero dudo mucho que crea lo que dice; está provocando a unos individuos que entran en su vida mientras él está literalmente hecho unos zorros.
Me ha encantado la declaración de George Clooney diciendo que de jóven se bebió hasta el agua de los floreros y que por eso no podría dedicarse a la política,para no le sacaran los supuestos trapos sucios que tiene cualquiera que, además, no ha hecho daño a nadie. Lo ha dicho como una provocación ante tanto represor que anda suelto.
En una sociedad tan hipócrita y acobardada, que no se levanta por nada, derribar determinados muros con imágenes robadas es , al menos, demagógico. A partir de ahora, las incorrecciones dentro de casa , que estamos en tiempos de ahorro.