Parece que todo en la vida es cuestión de dosis, de medida. Pasarse o quedarse corto puede hacer de tu existencia una o la contraria y a veces los límites son muy estrechos; haber cogido a tiempo un tren profesional o amoroso es cuestión de segundos y valen por toda una vida.
El doctor Joan Ramón Laporte, del Instituto de Famacología de Vall d´Hebrón habla con claridad de los medicamentos que nos hacen más soportable la existencia y lo hace con tanto sentido que provoca reflexiones de carácter general. Los medicamentos curan o matan, depende; la aspirina -venerada por sus incuestionables propiedades para el corazón, por ejemplo-, mata a muchas personas por hemorragias internas porque se han excedido en la dosis; los laboratorios investigan, pero haciendo hincapié en el negocio más que en la necesidad. No se investigan enfermedades que provocan millones de muertes en el Tercer Mundo y se echa el resto con los crecepelos, por ejemplo.
Los intereses, la voracidad económica, mata. Y ahí hay muy poca medida. Como en la compra de medicamentos, no hay un órgano centralizado que aúne criterios y evite corruptas connivencias con los laboratorios. Si te toca el lado malo, vas listo. Menos mal que siempre hay voces que logran colarse por las rendijas de la historia y alimentan la esperanza de una verdadera revolución.