Comienza la cuenta atrás

telecinco.es 15/10/2010 08:23

El interés del programa emitido anoche, que contó con la presencia de un desigual ramillete de antiguos concursantes, estuvo más que en ellos relacionado con el próximo estreno de la duodécima edición de Gran Hermano. Me permitirá el lector que escriba en corto (si puedo, que no creo), casi tanto como haré el domingo para decir poco más que un tradicional "hoy es el día".

Aprovecharé para hacer tres cosas pendientes: recordar algo no cumplido el pasado año pero igual de vigente que entonces, hacer conjeturas sobre las pocas pistas dadas anoche en el programa y recordar ciertas palabras de una novela que me llevan acompañando en situaciones equiparables a esta durante las últimas diez ediciones.

Comenzaré, no obstante, puntualizando alguna cosa suelta, en especial algo de gravedad dicho por Ángel Muñoz, último ganador del programa. Respeto la selección de concursantes, entre otras cosas porque para mí fue todo un placer volver a ver a mi querido Iván Madrazo o mi reconocido bicampeón Pepe Herrero. Sin olvidar a Indhira, una vecina de blog a la que pediría un poco de sal día sí y día también, solo fuera por verla. También me gustó ver a un Arturo tenso y algo triste en un principio pero recuperado más tarde, incluso cuando se dedicó a echar pestes sobre la pobre Tatiana. A decir verdad, no sé si creerme toda esa historia que andan contando Nagore y él, pero tampoco me importa demasiado. Raquel Morillas es una de mis debilidades, como es sabido. Y Pedro Oliva (Cordero) pone un punto de cordura muy conveniente a cualquier reunión.

Por tanto, chapeau por quienes hicieron la selección, a pesar de que se les colara una Fresita muy envenenada y el animador social de frenopático que siempre demostró ser Gerardo. No es el momento de ponerse ácido y tampoco es en absoluto mi intención. Teniendo tan cerca el estreno de una nueva edición, lo último que me apetece es volver a viejos temas, antiguos rencores o heridas nunca cerradas entre concursantes. La gran diferencia entre Gerardo e Iván es que mientras este último tuvo a casi todos los demás habitantes como enemigos pero una vez finalizada la experiencia del encierro consiguió mantener una muy buena relación con bastantes de ellos, el concursante enfermo de fama llamado Gerardo perdió el apoyo de los pocos que le defendían en la casa.

Más significativo fue el debate de anoche por las ausencias que por las presencias. De entre las primeras me interesa destacar una muy especialmente. Hace ya más de dos años se convocó en esta web a todos los ganadores de Gran Hermano. Fueron todos menos Sabrina, e incluso grabaron un simpático episodio de la serie Becarios. Entonces muchos amigos disculparon la ausencia de quien ganara la segunda edición por su embarazo. Días antes había expresado en este mismo blog mi extrañeza por ello, en medio de un acertijo en el que no me atreví a contar lo que iba a suceder.

Como podrán testificar aquellas de nuestras lectoras que hayan dado a luz, una embarazada puede viajar a Madrid y asistir a una comida hasta un muy avanzado estado de gestación. Diría que en la mayoría de casos hasta el mismo momento del alumbramiento, aunque a veces los médicos marquen protocolos que obliguen a la futura mamá a guardar cierto grado de reposo.

Según me contó un fiable confidente el estado de Sabrina era muy bueno. Defendí entonces que no había venido porque no había querido, simplemente. Dos años más tarde parece confirmada la voluntad de permanecer fuera de foco, hasta el punto que ni Milá ha conseguido hablar con Sabrina incluso en momentos como el de su separación de Ángel, presumiblemente dolorosos.

Mi puntualización a Ángel Muñoz va a ser muy clara y contundente. Su queja por el hecho de que el programa usara imágenes suyas en el 'confe' mientras hablaba con su psicóloga no es nueva. Ya la hizo en el plató del programa tras su salida de la casa, pero en aquella ocasión debió quedar sepultada en el fragor de la discusión. Resulta curioso que la hiciera justo cuando se entera de que había trascendido su propósito de donar parte del premio a una causa benéfica. Anoche mismo, una vez cobrado (hace poco tiempo, dice) el premio como ganador, aún no había hecho dicha donación. Tampoco le ha regalado un automóvil a Tatiana, según parece, aunque esto nadie se lo reclame dado que la rusa anda desaparecida y ya no la defiende ni el tato.

Pervierte gravemente el formato que un concursante pueda decidir lo que se puede emitir o no de entre sus intervenciones en la sala de confesiones. Hable con Pepa, con un miembro del equipo de psicólogos o con el sursuncorda. Solo es razonable que se preserve una conversación dentro de esa casa siempre y cuando aborde un asunto personal, ajeno al concurso y relacionado con su vida privada o la de sus familiares. Jamás cuando el concursante cuente en qué piensa invertir el dinero del premio en caso de ser ganador. Nunca cuando se dedique a enjuiciar duramente o incluso denigrar a sus compañeros. En todo caso, debe ser prerrogativa del programa poner o no unas imágenes, como siempre ha sido con las escabrosas del cuarto de baño.

Es decir, es el programa quien debe decidir lo que emite y lo que no. Así lo han hecho siempre y con buen criterio. Un criterio que protege siempre mucho más al concursante que al espectador, por lo que no han faltado críticas de muchos amantes del programa, entre quienes se encuentra este gato apasionado. En esto discrepo radicalmente de Mercedes Milá. ¿Qué es eso de que el concursante pueda decidir "a partir de aquí no emitáis nada"? No, no. De eso nada, monada. Es el criterio del programa el único válido, y ha quedado sobradamente demostrado que jamás de los jamases mostrarán algo dicho en 'secreto de confesión' perteneciente a la esfera privada o que pueda perjudicar al concursante.

La clave es que aquí no hay 'secreto de confesión'. A mí no me hace falta que una psicóloga del programa me confirme si le dijo a Ángel que ciertas imágenes no saldrían. Sencillamente sé que es mentira. Llámenme presuntuoso, pero no tengo la más mínima duda. Entre otras cosas porque la versión del ex concursante cambió durante la noche, y lo que empezó siendo una garantía de la psicóloga terminó con un "supongo que no se pondrá". ¿Pero qué tomadura de pelo es esta? A este individuo que le sigan intentando hacer carrera musical. En su derecho está de intentarlo, aunque para mí no tenga nada de Capitán cuando ni siquiera podría pasar nunca de Cabo furriel.

Cambio de tema y me voy a la reivindicación anunciada. El año pasado escribía esto nuestro imprescindible Medina en un comentario: "Me gustaría que este año la casa estuviera lo suficientemente impermeabilizada, como para que los concursantes no tuvieran el más mínimo contacto con el exterior, no como en esta última edición en la que los concursantes escuchaban a todos los que en actitud vociferante se agolpaban en las cercanías de la casa; así como las conversaciones que mantenían los cámaras detrás de las paredes". Pues bien, a dos días del comienzo de edición tan solo me interesa que quede constancia de que esto sigue siendo una asignatura pendiente en Gran Hermano.

En cuanto a las conjeturas basadas en las escasas pistas de anoche diré un par de cosas tan solo. Uno de los nuevos concursantes se llama igual que uno de los presentes en el debate de anoche. Dado lo complicado de encontrar otra Amor Romeira podríamos apostar por nombres y apellidos más comunes. A saber: Pepe Herrero, Marta López, Ángel Muñoz o Gema Guzmán. Igual me equivoco, no pasa nada. Por cierto, según contaron en la rueda de prensa uno de los concursantes ha sido seleccionado a través de Facebook. Otro (o quizá el mismo) es de la India (no de Indhira, del país). Puede que sea el cuarto concursante de religión musulmana, aunque dado el cristo religioso (perdón por la expresión) de ese país asiático bien podría ser budista. O a saber qué.

Nos mostraron imágenes bastante identificables de la ciudad donde viven algunos de los nuevos concursantes. Solo reconocí uno de esos enclaves, entre otras cosas porque era Madrid y un barrio que me conozco bastante bien. Fijo que habrá un 'pijus maximus' (como dicen en cierto anuncio) entre los elegidos. Falta saber si será hijo o hija de papá, pero seguro que vive en el barrio de Salamanca. De las demás imágenes otra podría corresponder al Peñón de Gibraltar o alguna de nuestras islas afortunadas. Lo sabremos el domingo.

Y termino ya, aunque antes cumplo con una personal tradición, sin la que para mí no parece que fuera a empezar un nuevo Gran Hermano. Este es el momento de Agnes. Traigo una vez más este texto de la novela La inmortalidad (1988), de Milan Kundera:

El ojo de Agnes, como siempre digo, es el inquieto ojo de todos. El ojo de quienes nos buscan, nos leen y esperan compartir entre todos su pasión por un bendito programa de televisión. El de quienes se hacen notar y quienes observan en silencio. Los que siguen con nosotros y aquellos que emprenden nuevos vuelos, siempre venturosos. El “ojo de todos”.

No reprimas tu emoción. Quedan tan solo dos días.

[Seguimos intentando conocer tus recuerdos de GH. Además, queremos saber quiénes son para ti los concursantes más guapos, más polémicos, los más originales, y cuál es para ti el ganador entre los ganadores. ¡No dejes de participar!].