Información distribuida

telecinco.es 21/11/2008 08:21

Una de las cosas que más se dan en la casa más famosa de es lo que podríamos denominar como 'información distribuida'. En distintas ocasiones, casi todos sus habitantes deciden a quien quieren hacer llegar determinada información, en la presunción de que esta será negada a los demás simplemente por su deseo expreso. Esto evidentemente no es así, y al final la , en ocasiones por distintos canales.

El caso más destacado de esto que cuento fue cuando Carlos H. entró en esa espiral de primero reconocer que le gustaba Loli, luego darle a esa inocente afirmación una categoría de declaración, para finalmente contárselo a Gisela. Pero al rato de su confesión a la canaria volvió a ella con el objetivo de evitar la distribución de la información que le acababa de transmitir. Se le escapaba el que había al menos dos personas más en posesión de ese secreto, uno era Palomares y, por supuesto, la propia interesada que corrió a contárselo a Nany bajo el edredón, si bien se lo negó después a Carlos. Naturalmente Gisela también lo contó a quien quiso, de nuevo aplicando la teoría de la información distribuida, y las circunstancias evitaron que Palomín hiciese lo propio.

Una vez que todo el colectivo tenía conocimiento de esa información, aquellos que tuvieron en su momento el privilegio de saber lo que no conocía la mayoría pierden poder, tirando por la borda ese cuestionable privilegio. Por eso Palomares, en el caso que he tomado como ejemplo, no pudo contarle a nadie lo sucedido, aunque no me cabe duda de que lo hubiera hecho a su estilo, como cuando nada más pisar la casa nueva le contó a Loli aquello de la nominación de Gisela, a lo que tanta importancia dio la 'Dolorosa'. Ayer vimos un nuevo ejemplo de información distribuida, como siempre pretendidamente, ya que al final todos se terminan enterando de todo, quizá haciendo la salvedad de Orlando, que vive la feria (nunca mejor dicho) a su modo.

En este caso es Liz quien intenta evitar que se distribuya la información más allá de sus elegidos. Gisela es la persona a la que decide confiar su secreto, que dejará de serlo apenas unos minutos después, en que esta se lo larga a Almudena, con idéntica confianza de confidencialidad. Las dos están convencidas de que pueden controlar el modo como se distribuye la información en la casa, y también ambas coinciden al confiar en que la persona elegida por ellas mantendrá el secreto de forma íntegra. Así se termina formando una cadena que dado lo limitado del grupo (once personas ahora mismo) tiene su fin justamente cuando todo el mundo tiene conocimiento de esa determinada información.

En un grupo más numeroso hay un momento en que se rompe la cadena, difuminándose la información tras llegar al conocimiento de un cierto número de personas. En ocasiones esto es suficiente como para que se pueda considerar vox populi. Pero si el grupo es reducido todos terminarán conociéndola, como es el caso. Basta con que cada uno confíe en la discreción de otro, solamente uno, al que le transmitirá la información. De este modo, en un corto periodo de tiempo la información será completamente pública, a pesar de los esfuerzos empleados por todos por decidir de qué modo se distribuía esta.

El caso es que, según Liz, Julito se le ha declarado. Es curioso como en esta casa se entienden determinados comentarios como una declaración de amor, dándole una categoría que igual no le corresponde. ¡Cuántas veces no habré dicho yo a alguien que me gusta! sin que nunca haya tenido la repercusión que parece tener ahí. No creo que haya imágenes de lo que cuenta la dominicana, si es que es cierto, porque las habríamos visto. Pero no me cabe duda de que el bueno de Julito, que tiene en muchas ocasiones un comportamiento infantil, se ha dejado ir de nuevo, en un impulso por pretender que alguna chica le haga caso, sin conseguirlo. No sé qué habría hecho si lo consigue con alguna, pero me da la impresión de que si una le dice que sí el canario se caga, con perdón.

La noche de ayer estuvo inundada por los efluvios del amoniaco, y teñida por el tinte del pelo que Loli aplicó a algunas de sus compañeras, al tiempo que les cortaba un poco el pelo. Me temo que no quedaron muy contentas, aunque para mí tengo que el placer en este caso lo encuentran en el trayecto y no en el destino. Es decir, que es la charla y el acto en sí del teñido y la peluquería, lo que les hace sentirse bien, y no los propios resultados que se manifiestan en el pelo de las víctimas. El amoniaco coloca, aunque algunos y algunas no lo precisen, y en este caso creo que se le metió en la cabeza a Gisela hasta tocar su neurona, o más bien diría que es de las últimas, y no precisa de su efecto.

Estaba muy graciosa Gisela anoche, haciendo comentarios difíciles de explicar e imposibles de justificar. En un momento afirmó que cuando se quita las extensiones nota como que tiene menos pelo. Bueno, y sin el como. Luego expuso su teoría de que la tierra no es verde y azul sino marrón y azul (será la desertización que nos aqueja). Pero cuando este gato cachondón no pudo reprimir la carcajada fue el momento en que Nany había contado cómo sacó dos niños del agua siendo socorrista en una piscina. La respuesta de la canaria es insuperable: "a mí lo máximo que se me ha caído al agua fueron mis pequeños perritos". Flipante, que diría Pierino.

Lo más enervante de la conversación establecida entre Loli, Nany y Gisela, son esos latiguillos que la van salpicando, ejerciendo un papel retardante y castrador. Cualquier cosa que cuenten aparenta ser mucho más larga de lo que es en realidad, ya que una vez que se le quitan los "tía", "¿sabes?" y similar se quedan en nada. Diría que Nany es más de "¿sabes?" y Loli de "tía". Gisela tiene su propio catálogo de latiguillos y lugares comunes, si bien utiliza más la risa nerviosa para prolongar la conversación inexplicablemente, con lo cual bien pensado son preferibles las palabras mencionadas, porque la risa de la canaria no hay quien la soporte. Esto es insoportable, tía. No hay quien lo aguante, ¿sabes?

Aparte de decidir quién debe saber según qué cosas, hay algunos habitantes empeñados en determinar con quién se deben relacionar otros y en qué. Me parece extraño que Carlitos, Nany y Loli pretendan tasar el tiempo que Orlando puede o debe pasar con Iván. Especialmente llamativo que no aprecien en qué medida hay otros concursantes que limitan sus interrelaciones mucho más que el feriante, y sin embargo en esos otros casos no intervienen, ni siquiera los utilizan como argumento para compensar su postura censuradora. Cierto que otros no lo han preguntado y Orlando sí, pero cuando este les hace decir si piensan que se ha apartado del grupo bien podrían decir que algo sí es cierto pero no mucho más de lo que han podido observar en Palomares, por ejemplo. Aunque no hace falta que vayan mucho más lejos, la propia Loli con Nany han hecho alianza que las une durante buena parte del tiempo cada día, más de lo que pasa Iván con Orlando.

Pero claro, hay que intentar apartar a los amigos de la bestia, en una labor apostólica de proselitismo desinteresado. En realidad pretenden exorcizar a todo aquel que tenga contacto continuo con el 'maligno'. Carlitos 'viudín' responde a Orlando esta vez de la misma forma que le he visto hacer en otras anteriores. Es un sí pero no, quiero decirte esto pero no sé si decirte lo otro. Casi hace lo del albanés (o el griego o quienquiera que tenga tan extraña costumbre), es decir, afirmar de palabra y negar con el gesto. O lo contrario. Por otro lado, parece el único que está empezando a darse cuenta que el acoso y derribo hacia un concursante solo puede traer beneficios al acosado. Naturalmente hablo desde el punto de vista del concurso, porque personalmente sigo pensando que es una prueba demasiado dura.

Y termino con un comentario intrascendente de Loli que me ha ocupado un rato esta madrugada. Es algo de por la mañana, que suscitó una conversación de este gato con su gatita y me hizo después bucear por las procelosas aguas de . O sea, que tiré de 'San Google' y a correr. Cuenta la del instituto de belleza y estudiante de ciencias biológicas que la leche de consumo humano, la de los bricks del supermercado, sufre en ocasiones varios procesos de pasteurización. Según esto, la leche caducada, que no ha tenido salida en los puntos de venta, es devuelta al fabricante que la repasteurizaría (el pasteurizador que la repasteurize buen repasteurizador será) para volverla a poner a la venta, y así hasta cinco veces.

El detalle de que los bricks tienen un numerito en su base que indica cuántos procesos de pasteurización ha experimentado es la clave de hasta qué punto algunos se lo creen todo. Es un hoax, un bulo, una leyenda urbana. Lo que me parece mentira es que alguien que va para bióloga se crea algo así. No quisiera aprovecharme de su candidez, pero no puedo evitar pensar si no va a ser esta una cualquiera, la cual afirmaba hace años que sus notas eran de matrícula de honor para arriba. Ahí es nada.