Julián dice ahora que Laura no le atrae en absoluto
Los visitantes, clientes del balneario GH VIP, han cumplido con su labor de dinamizar la casa. También de dinamitarla, en cierto modo. En tres días unos cuatro concursantes amenazando con abandonar. No es mal resultado. Cada vez que va alguien al ‘confe’ a decir que se quiere ir deberían abrir la puerta y obligarles a desfilar hacia la salida. Eso o abrir una trampilla del suelo para hacerlos desaparecer ipso facto. Puestos a innovar esto es más necesario que meter antiguos concursantes para transmitirles a los actuales lo que están haciendo mal. Al final agradecerán este recurso que me recuerda a los exámenes de recuperación que hacían en mi colegio, una segunda oportunidad para aprobar sin esperar hasta septiembre. Esto explica que hayan sido más importantes las decepciones por no tener un cliente del balneario con alguna cuenta pendiente que el temor por tenerlo.
Ya lo apunté el viernes y el paso de los días no ha hecho sino confirmarlo. Rosa parecía contrariada porque ninguno de los tres visitantes estaba relacionado con ella, aunque hubiera hasta un compañero de programa. Sucede que este iba por su hija y el hijo de su pareja, y de sus compañeras ha pasado bastante. En todo caso, nadie ha hecho protagonista a Rosa desde el jueves, idéntico resultado al de la incorporación de nuevos clientes del balneario anoche. No es errónea la interpretación de que tener un enemigo en la casa durante un tiempo limitado, tan solo tres días, puede ser algo rentable. Es posible que así resulte en el caso de concursantes desaparecidas, como Rosa o Raquel, y también en el de otros que tanto se han esforzado desde el principio en tener vídeos en el programa, sin que nadie les asegure que así ha sido. Es el caso de Sema y Liz, por ejemplo.
Anoche Sema veía entrar a Rafa, que fuera preparador personal a tiempo parcial puesto por Sálvame para saber si podía tener tirón el amigo de Chabelita. Sospecho que muy bien no salió, igual que sucedió con su amiga en Cazamariposas, pero esto es solo una apreciación mía. El caso es que a Sema se le escapaba una sonrisa antes de mostrarse molesto con el nuevo visitante. No puede haber mejor forma de tener protagonismo. Es un atajo perfecto, por lo que durante unos días puede relajarse y dejar de hacerse el borracho o disfrazarse por las noches junto a su amiga Liz. También anoche vi a Liz lloriqueando mientras protestaba por sentirse como un relleno en el programa. La excusa era que ella no había tenido un mensaje de su hija, pero solamente Carlos y Laura recibieron algo de personas queridas del exterior. Ambos son los únicos con pareja declarada y ayer fue San Valentín, aunque el mensaje de voz y la nota escrita junto a unas fotos les llegaron a estos dos concursantes pasada la medianoche, es decir, la celebración de los enamorados llegó el día de San Decoroso. Mal santo para un concursante de Gran Hermano, que tanto ha de exponer su fama.
Volviendo a lo de Liz, llámenme malpensado, pero veo claro que su zozobra no era por el mensaje reclamado sino por lo mismo que Rosa sigue contrariada. Ninguna visita es para ella. Hasta su amigo Sema tiene su Rafa para hacerse la víctima y quemar el ‘confe’ a visitas durante unos días. No hay duda de que ese mensaje que espera es importante para ella, pero me hace sospechar que este drama surja precisamente anoche, justo tras la entrada del enemigo de Sema, Belén Esteban e Ylenia‘moniato’. Ya digo que las visitas son alimento para el concursante, pildoritas de protagonismo que pueden ser de gran ayuda. Tampoco es la purga de Benito, por lo que dudo les hubiera valido a concursantes en proceso de hibernación, como Rosa y Raquel. No pidamos milagros.
Raquel ni siquiera ha aprovechado la visita de Aguasantas, mejor clienta que los otros dos, poco problemática, amable y generosa. Su papel ha sido el más discreto, aunque a su favor debo decir que ha sabido elegir bien compañía. Supongo que será otro motivo para que el ‘clan del visillo’, algo dividido estos días, hayan visto con malos ojos a Aguasantas. Lo mismo habrá pasado con Ylenia anoche, que saludó a Carlos declarándose muy fan. La mirada de conejitos asustados y envidiosos que se cruzaron Belén y Charlotte lo deja meridianamente claro. Llevarse bien con Carlos infunde desconfianza en bastantes concursantes. Indicador inequívoco de celosa mediocridad. Se puede ser mediocre o celoso, pero ser las dos cosas es una auténtica desgracia.
Me hago cargo de que debe ser duro ver que entra de visita Kiko Matamoros y hace buenas migas sobre todo con Carlos. Además de eso, les dice a sus compañeras de programa que en los pasillos de Telecinco han puesto un cartel de “se busca” con sus fotos. Ya que estén entrando refuerzos les deja bien claro que algo no están haciendo bien para necesitar dinamizar de esta forma el programa. Si encima Kiko y Víctor les cuelgan la etiqueta de muebles puedo entender su desazón. Con todo, no parecen dispuestas a modificar ese statu quo. Rosa y Raquel han entrado ahí a llevárselo calentito y no quieren mayores complicaciones. El orgullo personal herido vale menos que dejarse de problemas. Bien mirado, son unas vacaciones bien pagadas de Sálvame. ¿Para qué más?
Si Rosa y Raquel pudieran ver el programa menos harían. Tengamos en cuenta que las primeras dos horas y media de Debate fueron entregadas a los Matamoros casi íntegramente. Solo se me ocurre volver a repetir la pregunta: ¿Para qué más? Al menos sirvió para saber que Raquel no vetó a Aguasantas porque le daba igual que entrase como concursante, por lo cual no se entiende su reacción del jueves. Lo contó Kiko Hernández, que añadió la información de que Rosa vetó a tres personas: Antonio David Flores, Antonio Tejado y un tercero que se desconoce. Nada de exnovias de Amador, ni del propio Amador. Lo dicho, en el fondo hubieran estado encantadas, por muchos golpes de pecho que se propinasen después.
Con Rappel podemos hacer una prueba del nueve casi más científica que sus técnicas adivinatorias. Algo se considera demostrado científicamente cuando se repite sistemáticamente un determinado número de veces. Estoy por fijar ese baremo, pero de momento va camino de tener marchamo de ciencia que sucederá lo contrario de lo que digan las predicciones de Rappel. “Si sale la carta azul me voy yo”, dijo el otro día, y salió. O sea, este jueves no se va Rappel. Estoy deseando que alguien le pregunte si habrá repesca, porque si dice que no (lo cual es fácil teniendo en cuenta que nunca la hubo en un GH VIP) tendríamos confirmación de que sí. Algo parecido pasa con Laura, aunque en su caso sin predicciones de por medio. Es tan poca amiga de decir la verdad que casi trae cuenta creer lo contrario de lo que dice. No sabía que con Julián también pasa esto, pero igual se ha mimetizado.
Digo lo de Julián porque ahora niega ninguna debilidad hacia Laura. Se lo dijo Kiko, que sabe muy bien por qué ha ido allí y no ha parado de soltar información. Julián llegó a disculparse con Laura por si algo se ha malinterpretado, además de negarlo todo de forma categórica. Ahora dice que Laura le recuerda a una persona por la que tiene mucho cariño. Incluso huelen parecido, baremo que Laura debe entender bien teniendo en cuenta que a su padre una de las primeras cosas que le dijo fue: “Has cambiado de perfume”. No tengo por qué no creerle, pero es que hace dos semanas Julián hablaba de “destellos de cosas que he buscado toda mi vida”. Y añadía: “He hecho dentro del concurso un descubrimiento que me ha sorprendido muchísimo para bien. Ha sido algo que en otras circunstancias… bueno, sé que Laura tiene pareja y eso es algo que respeto muchísimo”.
A ver si lo he entendido bien. Julián decía respetar que Laura, la vislumbrante de los destellos, tuviera novio. No veo razón alguna para expresar tal respeto si no es porque sentía cierta atracción hacia ella, frenada por esa fatal circunstancia. Si mezclamos lo dicho ayer y hoy, tenemos que Julián respeta mucho que tenga novio Laura, esa chica que tanto le recuerda a otra importante en su vida. No me cabe ahí en medio lo de los destellos, pero estoy seguro de que el lector lo tendrá en cuenta. Ante esto solo cabe pensar dos cosas sobre Julián: está perdiendo la cabeza o miente. Me quedo con la segunda opción.
Tampoco ha de extrañar que Laura y Julián se parezcan en eso de ensombrecer la realidad. Diría que a veces se creen sus propias mentiras. Otra cosa no puedo pensar cuando les veo hablando con tanta convicción sobre algo que ambos saben, igual que nosotros, que es mentira. Eso o sencillamente le están hablando a la cámara, intentando sofronizar al espectador para hacerle creer lo que no es. Tal vez sea esto por lo que repiten sin cesar que Carlos les dice a sus amigos lo que deben nominar, mientras ellos hacen afirmación de su libertad a la hora elegir a quienes dan sus votos. Sin embargo, hemos visto lo que le reclamaba Laura a Julián vísperas de las nominaciones del pasado jueves, en las que solo iban a poder nominar Carlos, Laura y Javier, este último solo si se salvaba de la expulsión.
Ya habíamos visto conversaciones en las que Julián parecía querer indicar a Laura lo que debía nominar, pero no me quedó claro que ella estuviera dispuesta a seguir sus indicaciones. En el resumen diario del pasado viernes vimos una secuencia que aclara este asunto. Laura le dice: “No me dijiste a quién tengo que nominar”, a lo que Julián contesta: “Estoy en ello. Sigo haciendo cálculos para ver lo que conviene”. Luego son otros los calculadores y los que no tienen personalidad para decidir el destino de sus propios votos.
Conste que me parece bien que hagan estrategias conjuntas y se decidan a jugar. Deben hacerlo, aprovechando que en nuestro Gran Hermano se puede. Lo que me parece una tontería es intentar engañar al espectador criticando en otros lo que ellos mismos hacen. Más aún cuando solamente lo hacen ellos. Laura ganaría muchos puntos si dejase de presentarse como lo que no es, simulando la inocencia que nunca tuvo como concursante, y no ocultase su tendencia ‘meté mierdé’. Como tal es fantástica, y me ganaría si hiciera gala de ello, como me pasó con Ares Teixidó en la pasada edición VIP.
También ganaría un zurrón de puntos Laura si se decidiese a enfrentarse a Rappel, e incluso al resto del ‘clan del visillo’. Alguien debe conservar de su lado, porque ese camino solo se hace muy cuesta arriba. Con una persona vale, y dudo mucho que Julián sea la mejor compañía. Tampoco sé si estos son consejos baldíos, no solo porque no los pueda leer sino porque igual es expulsada este jueves, lo cual no descartaría en absoluto. El efecto acción-reacción tras la expulsión de Javier puede ser definitiva. También la prepotencia mostrada por su padre, el hombre que susurra a los concursantes. Al oído le dijo “vas a ganar” y eso no sienta ni medio bien.
Se puede interpretar que la visita de Kiko ha beneficiado a Laura, pero eso y la salida de Javier son factores que han podido restar interés a esta concursante. Sus tramas han desaparecido de un plumazo. Ya no está su enemigo declarado y se ha reconciliado con su padre. Creo que solo puede resurgir si hace algo de lo que propongo. Rappel ha sido criticado esta semana por Rosa y Raquel, incluso Laura se ha permitido hacer algún comentario negativo sobre él. Ser director del balneario le está pasando factura, tal vez porque no está teniendo suficiente mano izquierda. Es el momento para enfrentarse a Rappel, e insisto en que, en mi opinión, si Laura lo hiciera ganaría las simpatías necesarias para asegurarse la permanencia en el concurso.
El objetivo de los visitantes era dinamizar la vida en la casa, ahora convertida en balneario, y creo que los primeros han superado la prueba. Escenas como la vivida en la madrugada del sábado al domingo, a eso de las cuatro y media, permanecerán en mi memoria entre las más divertidas de la historia de este programa. Imposible olvidar ese salón convertido en un particular remedo del camarote de los hermanos Marx, con Carlos reclamando al director del balneario, ese “señor mayor con coleta” y abrazando a todos, cuchillo en mano. Kiko pedía la dimisión del director y contribuía al desorden reclamando a esas horas una tortilla de cinco huevos. Realmente hilarante.
Lo mejor de estos impagables días ha sido la alianza entre Carlos y Kiko, amigos desde hace tiempo. Hacía muchos años que esperaba ver un concursante como Carlos. Tiene lo mejor de los mejores que han pasado por esa casa. Carlos al lado de Kiko ha brillado todavía más. Son dos canallas que tienen mucho vivido y han demostrado ser capaces de poner la casa patas arriba en un momento, para luego hacer recuperar la calma cuando les rota. Es un dominio asombroso de la situación, y un sentido del espectáculo único. Lástima que no hayan coincidido como concursantes los dos. Estos tres días lo he soñado varias veces.
Moleskine del gato
Las primeras horas en la casa han sido suficientes para que me empiece a sobrar Rafa. Entró como elefante en cacharrería, reprochando a Sema cosas del pasado. Está ahí para eso, no hay duda ninguna, pero se precipitó un poco, lo cual es suficiente para que apetezca ponerse del lado de Sema. ¿Quién me lo iba a decir? Luego siguió metiendo baza a destiempo. Creo que le va a salir el tiro por la culata.
Diego Matamoros intentaba anoche decidir cuándo podía el público aplaudir o no. Le debió molestar que aplaudieran a Javier mientras abucheaban cuando tomaba él la palabra. Tan mal está pedir aplausos como intentar reprimirlos. Algunos deberían aprender que el público es soberano y aplaude cuando le da la real gana.
Tuvimos porcentajes ciegos. Apuesto que el menor corresponde a Carlos. Pongo todo a esa opción. Hay dos muy empatados. Mi otra apuesta es que son Liz y Laura, en el orden que sea. Así estaban los porcentajes anoche: 48,2 %, 41,1 %, 7,1 % y 3,6 %.