Mil de bien

telecinco.es 28/10/2010 09:07

Creo que en ninguna de las dos casas de Guadalix pueden utilizar con franqueza el término preferido de Jhota: "Mil de bien". Lo usa para todo y con casi todos. Le cae "mil de bien" hasta Yago, lo cual empieza a preocuparme. Le escuché el domingo decir que estaba "mil de bien" en la casa donde las chicas le reclamaron el pasado jueves, y también ha dicho lo contrario, echando de menos a algunos de sus compañeros de la otra casa, especialmente a Dámaso. Estoy seguro de que desde ayer por la tarde ya no estará "mil de bien" a menos que consigan superar una prueba. La de Troya fue prueba no superada. ¡Viva el hambre!

Idénticos argumentos a los utilizados por este gato meticón fueron escuchados anoche en boca de los propios concursantes. Joaquín argumentaba que no debían haber parado la prueba para comer todos juntos pudiendo hacer turnos. Pues claro, alma de cántaro, eso era evidente. Decirlo ahora no vale, eso en su momento. Va a resultar que nadie se atreve a plantarle cara a 'Zipi y Zape', más conocidos como 'Dos tontos muy tontos' o 'Dumb y Dumber' (aportación de Tomás Blanco), y tampoco hay nadie con el coraje de decir las cosas a tiempo cuando afectan al bienestar de la comunidad. El propio Joaquín se está mostrando incapaz de las dos cosas.

En la casa 1 (blanca y radiante, como la novia aquella) hicieron más kilómetros que sus vecinos, pero juntos no superaron la distancia entre la ciudad griega de Áulides y la ciudad turca de Troya, según pedía el enunciado de la prueba. No puedo dar más datos porque todo lo sabemos por los comentarios posteriores de los concursantes, ya que a los espectadores de la emisión en directo se nos privó del momento en que les comunicaban el resultado de la prueba, primero a la casa 2 y luego a la 1. No digo más porque quien paga y difunde la señal de ese canal debe estar tan contento como nosotros, sufridos espectadores, del engaño que supone para sus clientes el privarles de las cosas fundamentales, con el único fin de reservarlas para el programa de prime time. Como si no fuéramos a enterarnos de lo básico después, una vez que los propios concursantes (poco solidarios con la causa censora) van y lo cuentan.

En definitiva, que van a pasar aún más hambre, lo cual supongo les hará recapacitar y se esforzarán más en adelante. La predisposición a hacer el esfuerzo requerido es lo más importante, aunque no todos son conscientes de ello. No me hubiera extrañado (de hecho, me esperaba algo de esto) que les sancionaran haciéndoles perder la prueba aún habiendo completado los kilómetros pedidos.

Yago y Óscar decidieron en muchas ocasiones aprovecharse de la propia mecánica de las bicicletas para pedalear muy rápido por un corto espacio de tiempo y dejar después que los pedales girasen solos apuntando bastantes kilómetros. Cuando menos bordea la trampa, aunque en ninguna parte se les prohíba hacer lo descrito. Ahora bien, igual no les conviene tentar tanto la suerte y arriesgarse a perder una prueba por escatimar algo de esfuerzo.

El esfuerzo que no ponen en las pruebas lo depositan en querer y dejarse querer. O lo que está aún más extendido, en fabular sobre lo que podrían querer y dejarse querer. O, mucho más común, comentar cómo se quieren y dejan querer los demás. Lo primero y lo segundo pueden ser verdades a medias, pero lo tercero es implícitamente incierto la mayoría de las veces, porque precisamente se suele utilizar para sacar verdad de una mentira. Quiero decir que cuando a Dámaso le inquieren sobre si le gusta Patricia, y este argumenta con razón que no es necesario tener aficiones o gustos parecidos (la copla y otras rancias canciones) para sentirse atraídos, en realidad lo que pretende el interrogador es conocer la verdad, aunque para ello deba utilizar una suposición basada en una burda fabulación.

Si los que parecen quererse o dejarse querer están siendo o no sinceros en sus comportamientos y expresiones es algo siempre en duda tratándose de concursantes de Gran Hermano, particularmente si están nominados. Es el caso de Julio y Lydia, de forma parecida al de Marta y Joaquín. En este segundo caso solamente ella está expuesta a la elección popular, mientras en el otro lo están los dos. Veo la misma desgana en el no tan feroz Julio como en Lydia, "hada madrina de la casa" según aquel. Me despistan estos muchachos, no tanto porque siempre cabe la posibilidad apuntada de que aprovechen su condición de nominados para quedarse con nosotros y ponerse cariñosos, sino porque algunas de las cosas dichas por ellos se me antojan indescifrables.

Lydia, por ejemplo, dice que Julio le pone nerviosa, y añade: "Ay, es que me baja de mi nube este macarrilla". Si esto fuera un episodio de Pocoyó a lo mejor valdría preguntar a la señora nube, pero no es el caso. Debemos, por tanto, quedarnos con las ganas o aplicar nuestra propia imaginación, pero ya advierto que no nos vamos a poner de acuerdo en esto. El lenguaje corporal, más importante y definitivo, dice que estos andan tonteando definitivamente. Ayer tarde se acariciaban el rostro y Julio paseaba su cara por la piel de Lydia. No me digas más. Eso sí, cuando Marcelo intenta sacar verdad pincha en hueso. El 'malaguita' pregunta: "¿Os habéis metido boca, verdad?", pero la respuesta es rotundamente negativa.

Joaquín, con todo lo maduro que parece y se corresponde con su edad, no ha pasado de ponerle la mano a Marta en lugares no tan comprometidos, siempre estático y dubitativo. No puede ser que uno se quede dormido con la mano en la cadera de la chica que le hace tilín y despertarse un rato más tarde teniéndola en el mismo sitio. Hombre, por dios, que estamos esperando un descuido. Empieza a ser urgente ya. No sé cómo decirlo, pero o esa mano profundiza un poco y se pierde por sendas ocultas y placenteras o vamos a pensar que el dueño de la mina de oro está en irrevocable regresión volviendo a sus tiempos de colegio mayor. ¿Qué digo colegio mayor? ¡De parvulario!

Aunque lo que más me enerva de Joaquín es su falta de empatía. En el fantástico resumen de ayer veíamos a Chari pidiéndole que se pusiera en su lugar, a lo que este respondía: "Yo es que si tuviese novia no entraría nunca en Gran Hermano". Fenomenal el esfuerzo por ponerse en su lugar, sí señor. Igual fue esto lo que le provocó la rotura fibrilar en el isquiotibial (transcribo textualmente sin tener ni idea de lo que estoy diciendo) que le apartó ayer de pedalear. No se pueden tomar tantos riesgos y esforzarse de ese modo. En fin.

Dámaso ya dejó claro que con Patricia nada. Sencillamente no le gusta y cuando uno de sus compañeros (creo que era Edu) le dice que es libre de hacer lo que quiera responde con soltura: "Por eso, soy libre de decir que no me gusta y no querer nada con ella salvo amistad". A veces con dieciocho años se tienen las cosas más claras, por extraño que parezca. El puesto de Dámaso (Damasco, como le llamaba ayer por error Eduardo) podría ser ocupado por Anup de no ser porque está felizmente casado. El 'indio loco' fabuló ayer con un acercamiento a la 'scream queen' de Guadalix, pero lo apartó en seguida cuando se cruzó en su mente la señora esposa del tigre africano.

Este pretendía ser el Gran Hermano de los amoríos, y no pondría la mano en el fuego porque lo vaya a ser de verdad. Supongo que visto el éxito del tema Indhira-Arturo el año pasado, con picos inéditos de audiencia (y tráfico en esta web, solo superados después por los momentos álgidos del mundial de fútbol), pensaron que era el camino a seguir. Pero claro, india como aquella solo hay una (y delfín lo mismo). Las esperanzas están puestas ahora en Chari. No Chari y Óscar. Ni Chari y 'feroz', pues se confirma oficialmente que un concursante cambiará de casa esta noche, concretamente uno de los nominados que se salven de la expulsión, lo cual hace más que posible el reencuentro entre estos dos concursantes. Pero ahí la clave está en Chari. "Atrevidilla" le llaman algunos compañeros, por no decir lo de "suelta", que soltó su suegra eventual en plató. El título de esta película sería algo así como 'Chari y su irrefrenable furor'.

Anoche le criticaban a la cara su actitud en algunas ocasiones durante los días de convivencia con Julio. Joaquín o Jhota eran los más críticos, coincidiendo en el momento en que el boxeador se puso encima de ella escenificando varias posturas de un coito como el peor. La atrevida Chari le quitaba importancia asegurando que no había pasado nada y ponía una curiosa vara de medir. "Tampoco me bajó las bragas ni nada", dijo la gaditana. O sea, que mientras las bragas sigan en su sitio todo vale. Me recuerda esto la anécdota personal de una chica que le había hecho algunas promesas a su madre antes de salir de viaje de fin de curso. Concretamente, la madre le pidió que pasara lo que pasara no se quitase nunca las bragas. Ella, obediente como la que más, hizo caso a su madre. No se las quitó nunca, se limitó a apartarlas un poquito.

Este gato romanticón también está a la espera de amores en este Gran Hermano. Pero no solamente esto, también necesito odios. Amor y odio son los dos sentimientos en que se pueden resumir nuestras vidas, en definitiva. Decía el marqués de Vauvenargues (moralista francés): "Pasión más viva que la amistad es el odio". Y yo lo que busco es precisamente eso: vida. Queremos más vida en Guadalix. Y menos atención a las cámaras, y menos obsesión por dar buenos vídeos. Ya tenemos la experiencia de concursantes convencidos de estar dando muchos vídeos cuando eran el muermo personificado.

Dejo para otro día la fábula sobre un lobo que iba a contar hoy para demostrar a mi modo que Julio se ha equivocado de programa. Prometo contarla otro día, cuando pase esta noche de expulsión y nominaciones, no se vaya a pensar alguien que estoy haciendo campaña en su contra. Aparte de la expulsión y el intercambio ya mencionado, habrá nueva ronda de nominaciones. En este caso la mecánica será distinta y mientras en la casa 2 tendrán que seleccionar conjuntamente a sus dos candidatos a la expulsión, los habitantes de la casa 1 (la blanca) nominarán según el modo tradicional (3, 2 y 1 puntos, con las razones correspondientes).

Por ciertos

Me sigue flipando que coincidan en análisis e ideas de forma aproximadamente simultánea en ambas casas. En el resumen de ayer veíamos a Terry y Anup coincidiendo en la idea de ir a la otra casa a robar comida. ¡Inocentes! Como si unos tuvieran más comida que otros. En las casas de Guadalix está tan extendida la sordera como el impulso cantarín. Quizá sea por eso que griten más que susurrar. Terry decía ayer: "Prefiero la gente que habla rápido a la que habla lento, porque estos me ponen nerviosa”. Añadiendo: "Además, a mí me han dicho que debo tener un problema de oído porque grito mucho". Marta también ha contado que tiene problemas auditivos, y Patricia los ha de tener para no darse cuenta de lo mal que canta. O sea, no es Edu el único medio sordo.

Para quienes nos apasionan las charlas en este programa es una gozada escuchar a alguien como Edu, bastante incontinente. Ayer contaba detalles de su incapacidad auditiva, puesta en duda por algunos aquí fuera, lo cual también es tradición. Me pareció interesante lo contado por este concursante, como ciertos cines en Madrid no están adaptados a sus audífonos por lo cual no escucha bien en esas salas. Y, especialmente curioso, que no puede entender los mensajes de robots telefónicos (esos que te dicen que des a tal tecla si quieres hablar con el servicio técnico, o similar). Dura vida la de las personas con incapacidades, encontrándose con obstáculos absurdos, fácilmente evitables.

Y termino con un montaje de imágenes sacado de los catálogos de Karim Rashid, uno de los diseñadores de mobiliario cuyas creaciones identificamos por encontrarse en ambas casas. Preciosos muebles de alto diseño. También de alto diseño, aunque obra de jóvenes noveles, irá vestida esta noche Mercedes Milá, como en las dos galas anteriores. Mayte Méndez de Vigo nos lo contará una vez comenzada la gala en su blog, altamente recomendado.

Recuerda que esta noche tenemos una fiesta. No me falles.