Yo, mí, me, conmigo

telecinco.es 25/05/2012 10:00

Tanto quejarse de haber sido el centro sobre el que orbitó todo en esta edición de Gran Hermano y en la penúltima gala resulta que Noemí tuvo que compartir el protagonismo máximo. Primero con el altavoz, que tanto en España como en Brasil sabemos que iba a caerle a esta concursante encima pero un pequeño fallo en el cálculo quiso que le diera a una espectadora (a quien deseamos que no haya sido nada). Luego su madre, que muy en plan Margarita Seisdedos se llevó espantada a su hija del plató.

¡Qué cosas pasan! El casting de esta edición ha sido fantástico y una de las razones en que se basa su éxito. Ahora bien, si yo fuera más malpensado creería que Noemí ha sido una infiltrada del follonero. Mucho he hablado de los reventados, pero en este caso bien podría hablarse de otro tipo de concursante: el reventador. Si Alessandro se hubiera dejado un poco más, y no ha faltado mucho, hubiéramos tenido un primer plano de su miembro por cortesía de Noemí. Y porque ella no tiene de eso, porque en realidad hubiera preferido enseñar el propio.

Es como si yo saliera a comprar el pan este mediodía en pelotas y me paseara calle arriba y calle abajo de esta guisa, para luego protestar porque en mi barrio no se habla de otra cosa. ¿Cómo se pueden quejar madre e hija de haber sido el centro de atención y luego montar el espectáculo de anoche? Lo de la madre llevándose a Noemí del plató diciendo "se acabó el espectáculo" es un monumento a la incoherencia. ¿Cómo se acabó? Si el espectáculo lo estaban dando en ese momento. La concursante ponía cara de no entender nada, pero nadie se resiste a ir con su madre donde sea si esta se lo pide.

Bien pensado, estas cosas pasan a veces. Es como si una asociación vecinal organiza una pitada para protestar por los ruidos en el barrio. La mejor forma que tenía Noemí de luchar contra su propio protagonismo era proponerse comportarse de forma normal. Recuperar la discreción perdida hubiera bastado. Pero claro, regresar a la casa y empezar a montar encima de unos y otros como si hubiera sacado un bono en el toro mecánico de una feria no parece la mejor forma de pasar inadvertida. Imposible desviar la atención sin parar de intentar ser su centro de gravitación permanente, como cantaba el italiano Franco Battiato.

Lo gracioso del caso es que quienes más han defendido a esta concursante lo han hecho con argumentos insostenibles o bien entraron en un bucle absurdo superado por la mayoría hace meses. Anoche Ari decía que a Noemí le ha venido grande todo esto. ¿Perdón? Grande es su necesidad de acaparar ese protagonismo que luego tanto critica. Verónica se quejaba de que no hacía falta arrastrarla por el fango, a lo que yo preguntaría quien le ha obligado a entrar en ese fango. Lo más gracioso era ver a esta exconcursante caminar sobre la cuerda floja intentando no ofender a nadie: "no digo que lo hayas hecho, Mercedes, le habéis hecho... vamos, el programa tampoco, es que... se le ha hecho". ¿Se le ha hecho? Alguien habrá sido.

Caso aparte merecen los que no han variado el argumento desde hace un par de meses, pero resulta que en este tiempo han pasado muchas cosas. Vienen a decir que a Noemí se le ha machacado por follar en Brasil, y lo justifican diciendo que todos hemos hecho cosas parecidas y tire la primera piedra quien esté libre de culpa. "Follar no es malo... olé por ella que ha hecho lo que a tantos les hubiera gustado hacer... los que más tienen que callar son quienes censuran a la concursante por haberse follado al brasileño..." ¡Qué hartazgo! Ni comprando un megáfono, como el fan de Noemí que estuvo visitando los alrededores de la casa cada día (me dicen que son tres fans, al menos) hubieran entendido que a la mayoría nos es indiferente si se folla a uno o a ciento.

Hablar de inquisiciones y ganas de quemar en la pira a esta concursante me resulta profundamente ridículo y hasta ofensivo. Si existiese un mínimo respeto a las opiniones ajenas no estaríamos asistiendo al desagradable espectáculo de esas acusaciones. Y nada más que por dar una opinión libre e independiente. El argumento es tan egocéntrico como ha demostrado ser la concursante en cuestión. Es todo mucho más sencillo que esto: unos pensamos una cosa y otros piensan otra. También es cierto que unos decimos lo que pensamos y otros lo marcado por un guion. Un guion escrito por otros, en unos casos, mientras en algunos más se trata de llamar la atención defendiendo lo indefendible, aquello que se puede suponer no será la opinión de la mayoría.

Pero tampoco voy a recuperar ahora la discusión más cansina de cuantas recuerdo en la historia de este programa. Solo quería aportar mi modesta opinión sobre esas acusaciones de que todo ha girado en torno a una concursante. Primero porque me parece absolutamente falso. Cierto es que ha sido muy protagonista, pero nadie tiene la culpa de ello. Es relativamente fácil conseguirlo, vuelvo a repetir que si esta tarde me paseo en pelota picada por mi calle seguro que me convierto en trending topic entre mis vecinos. Lo absurdo sería que luego protestara por ello.

En cualquier caso, la secuencia de la madre cogiendo de la mano a su hija para hacerla abandonar el plató me parece la bomba. Algunos concursantes de Gran Hermano tienen madres que ya hubieran querido para ellas muchas folclóricas. Con un poquito de espíritu crítico se darían cuenta de que mirado desde su óptica también es ridículo defender a un hijo de acusaciones tan graves como la hecha por Ari respecto a Alessandro y su falta de protagonismo. Uso la ironía cuando hablo de gravedad porque está claro que ella solo daba su opinión, lo cual no merece la extemporánea reacción de la madre del italiano.

Prometía más diversión la madre de Noemí cuando en su primera intervención respondía a Mercedes diciendo en un principio que su hija no es en casa igual que se la está viendo, pero al final terminaba afirmando justo lo contrario, que su hija es tal cual la hemos visto. Cuando escuché eso pensé que lo íbamos a pasar bien. Lástima lo de la temprana huida. Que a Noemí le disputase anoche el protagonismo el puto altavoz y su propia madre tiene que ser duro de llevar.

El caso es que nada de esto hubiera pasado si no hubieran salido de la casa los "más uno". Ajeno a las teorías de la conspiración creo sinceramente que esta penúltima vuelta estuvo motivada por la necesidad de llenar con algo una gala más. La exigencia de las dos galas y un debate a la semana hace que sucedan estas cosas. No pienso que fuera por el estado de Noemí ni por exigencias de la familia.

Es cierto que las cuatro "más uno" pensaban que estarían hasta el último día, incluso me atrevería a decir que así se justificó este tema, diciendo que aparte del premio económico tendrían la gratificación de vivir en la casa el tiempo restante junto a los finalistas. A decir verdad, me alegro mucho de esta decisión. Lo de los "más uno" es una ocurrencia que sospecho pretendía mantener la casa llena de gente durante estas últimas semanas. El panorama de tener tres o cuatro concursantes tan solo es bastante desolador y convierte los últimos día de programa en un funeral agónico en espera de la resolución final.

Por eso, en algunas ediciones de Big Brother hemos visto cómo se planteaban finales con seis concursantes o más. Cualquier cosa para evitar ese agónico final durante dos o tres semanas. El resultado de esta vuelta de tuerca ha sido bueno excepto en el aspecto de que ha podido restar algo de protagonismo a los finalistas, que son quienes realmente merecen concentrar la atención de la audiencia votante en estos momentos. El voto debe ir para uno de esos cuatro concursantes que han sido capaces de llegar hasta ahí por méritos propios y no por ninguna otra razón.

No es justo que una concursante expulsada por la propia audiencia hace semanas pueda condicionar el voto más importante de toda la edición, aquel con el que se decidirá el ganador. Vengo diciendo desde hace semanas que las "más uno" no deberían tener protagonismo equivalente al de los finalistas. No es justo e incluso llega a ser ofensivo para una audiencia que ha ido decidiendo lo que debía suceder en cada momento. No hay "Danary" que valga. El finalista es Dani porque a Ari quisimos verla fuera de la casa y así sucedió hace casi un mes.

La duda ahora es qué pasara con la "más uno" de Pepe. Anoche la red ardía haciendo esa pregunta. Si Noemí abandona el plató ¿tendrá que renunciar a ser "más uno"? ¿No deberían haber dado la noticia en la casa dejando que Pepe hiciera otra elección? No sé lo que dirá oficialmente el programa, pero personalmente creo que nos estamos comiendo la cabeza en exceso. No pasará nada, la concursante volverá a plató e incluso puede que tenga el valor de participar en 'La Revuelta', algo de lo que hablaré en el moleskine, al pie de este escrito.

También puede ser que Noemí no asista a la final, pero igualmente las cosas seguirán como hasta ahora. Es decir, lo más probable es que si ganase Pepe irían para ella los 20.000 euros y el discutible honor de haber sido la "más uno" del ganador de esta edición. Es hablar por hablar porque solo vale lo que diga el programa. En todo caso, mi consejo es votar olvidándose de los "más uno", un giro del programa que no debería condicionar el voto.

El problema de que en una gala haya un momentazo como el de "vámonos, hija" es que después de eso no hay quien lo levante. Hubiera sido un broche de oro fantástico, pero así a mitad de gala se me antoja como una faena. Decía Cecil B. DeMille que una buena película debía empezar con un terremoto y luego ir hacia arriba. El problema es cuando el terremoto no viene en el guion. Lo de anoche era mitad visitas de familiares y amigos y mitad entrevista a las "más uno", con un interés especial puesto en el segundo asalto del combate entre Sindi y Sergio (los 'zeta zeta') y en ver las explicaciones que podía dar Noemí sobre esa repentina afición por magrear paquetes, lo que algunos exagerados (de esos que quieren quemarla en la pira) se han atrevido a llamar acoso.

Le falla una cosa al discurso del programa. Nos presentan un menú en el que el plato principal es el acoso de la concursante a los chicos, particularmente a Alessandro. Les mete mano a la entrepierna, monta encima de ellos, les pone las tetas en la cara y se mete en la ducha cuando el italiano está como vino al mundo. El postre es un comentario que suscribimos muchos, nada más y nada menos que si esto mismo lo hace un chico con las chicas de la casa el programa lo hubiera expulsado de inmediato. Pues bien, ¿por qué no lo han hecho entonces?

Líbreme el cielo de decir lo que tienen que hacer, fácilmente me pueden pasar por los morros el share medio de la temporada (por encima del 20 %) y luego decirme que cuando la cosa vaya mal igual piden mi opinión. Fuera de bromas, quiero decir que no pretendo dar ninguna lección, simplemente expreso mi extrañeza. En el fondo, de la mano del programa estaba no consentir esa desigualdad. Si a un chico se le hubiera expulsado ¿por qué no a una chica?

El resto de lo ocurrido anoche fue la visita de un representante por cada uno de los finalistas. El padre de Pepe, el de Alessandro, la madre de Dani y una amiga de María. Tenían que descubrir a su visitante bajo unas fuentes en la mesa de una barbacoa que pudieron disfrutar terminada la gala, y mientras los tres primeros tardaron cero coma en descubrirlo a la jerezana casi hay que hacerle un croquis.

Puedo equivocarme porque los encuentros fueron extremadamente breves pero me pareció ver a Alessandro más contento de ver a su padre que el día de las sorpresas cuando se encontró con su madre. Con este habló en italiano, por lo cual no puedo comentar mucho más. Dani estuvo más atento a unas voces del exterior que a su madre, lo cual me pareció llamativo. Le vi taciturno, cariacontecido y cejijunto. En el trasfondo de sus bromas y su risa histriónica (posiblemente ensayada ex profeso para el programa) creo que hay un muchacho bastante triste y acomplejado.

Pepe ha sacado el gracejo de su padre, que empezó anoche diciendo "coge el maletín que nos vamos". Luego le recomendó que no se fiara de Ari, consejo posiblemente bueno pero extemporáneo. Ya reza el dicho que el español piensa bien pero tarde. Aunque lo que más me gustó fue cuando, como quien no quiere la cosa, le lanzó un mensaje valioso. Preguntado por su hijo sobre cómo estaba todo su respuesta fue: "Bien, mucho mejor de lo que esperábamos". Del resto de la conversación entendí tanto como si también hablasen italiano.

María repitió con su amiga la misma secuencia gestual una y otra vez, como si fuera el mismo fragmento repetido en un bucle. Primero se cogían de las manos, como si fueran a bailar una sardana, luego se apretujaban en un intenso abrazo, justo después ambas se atusaban un poco el pelo, descolocado por el abrazo. Y otra vez lo mismo: manitas, abrazo, pelo, manitas, abrazo, pelo, manitas, abrazo...

Moleskine del gato

Un par de conclusiones a vuela pluma. ¡Primera! Los taxis en Madrid son como agencias de contactos. A punto estuvieron de ver surgir el amor entre Azucena y Sergio. Pipi estuvo anoche más Pipi que nunca, mostrando un lado menos dulce y mucho más de malvada de telenovela. Me quedo con algo dicho en la cena del miércoles en la habitación inclinada cuando se dirige a Azucena haciendo referencia a "esa voz tan bonita que tienes". Puro veneno. Aunque confieso que me hizo reír.

¡Y segunda! Por el amor de Dios, ¿cómo es posible que nadie le sacara la chaqueta del plató a la madre de Noemí? Permaneció tal cual en su asiento hasta el final del programa. ¿Tan complicado era tener ese detalle? A no ser que fuera textual lo de "nos vamos a casa, hija". En tal caso, no solamente habrían hecho una versión tuneada del "play maleting" (que podríamos denominar "play platoning"), sino que hasta pudieron "tomar el Iberia", como lleva meses amenazando Pepe Flores en tono de broma.

Y toca hablar de lo de 'La Revuelta' o 'GH La Revuelta', que no estoy seguro del todo. Empieza el jueves próximo, tres días después de la gran final. Podrán participar los 21 concursantes que pasaron por GH 12+1, es decir, todos los que quieran hacerlo. Durará hasta que empiecen los partidos importantes de la Eurocopa UEFA 2012. Habrá dos galas semanales y un debate que se celebrará dentro de la casa. El premio será de unos 20.000 euros. Y no estarán obligados a guardar ningún secreto, pudiendo hablar de cualquier información del exterior puesto que se trata de otro programa.

En líneas generales esa es la información que conocimos ayer. El lunes asistiremos a la gran final, pero esto no se acaba. Aún podremos prolongar un poco la diversión. Estoy seguro de que lo vamos a pasar bien. Y anoche tuvimos varios adelantos de los porcentajes ciegos. En la imagen de abajo podemos ver uno de ellos. A modo de conclusión diré que ha disminuido la ventaja del concursante más destacado. Sea como sea, la única forma de conservar dicha ventaja o lograr darle la vuelta (frase comodín de esta edición) es seguir votando. El lunes lo veremos. ¡Ays!