Los leones rugen para dentro

telecinco.es 16/10/2008 08:22

La situación en las dos casas de Gran Hermano se redefine casi cada día, lo cual otorga un singular a esta edición. Cuando parece que hay dos grupos claramente definidos, resulta que salen nominados dos de ese grupo mientras que el otro se desintegra por sobredosis de protagonismos individuales. Y vuelta a empezar. El martes se volvió a formar una comunidad en la casa nueva, donde son ya mayoría. En la disposición de las camas han decidido dejar un espacio vacío a un lado de Carlos 'soylapera', asignado a Gisela. Pero la canaria jugadora de póquer igual no llega nunca y lo hace Li. En cualquiera de los dos casos, resulta complicado saber a ciencia cierta las que se establecerán, con lo cual hoy por hoy puede pasar cualquier cosa. Esta falta de previsibilidad confiere a esta fase del concurso un interés muy especial.

Ayer fue un día de transición, en el que les comunicaron la y se metieron por primera vez en ese simulacro de lagar donde tienen que hacer como si pisaran la uva con un 'step'. Un día no determinado les traerán uva de verdad y vivirán todo el proceso de , empezando por el pisado y terminando por su embotellado y etiquetado. Tras ocho horas diarias de pisar la uva tendrán que estudiar las características de seis vinos distintos cada día, que al final de la tarde y habrán de identificar debidamente. Todas las pruebas este año están siendo rescatadas de las anteriores ediciones, esta concretamente la realizaron en GH IV, donde recuerdo a Matías y Rocío tumbados en medio del salón tras el proceso de cata, como en una ensoñación de esas que solamente un vividor como el argentino es capaz de llevar a los que tiene alrededor. Como entonces, tendrán que ir ahora vestidos con camiseta y pantalón blanco, fajín negro y el tradicional. Qué ocasión más bonita está siendo este para recordar momentos de la historia del programa.

En la casa antigua solamente son cinco, y vaya cinco. Li que no se entera de la misa la mitad, con la excusa de ser china, la cual utiliza tanto para justificar que no leyó las normas del programa ni su contrato ("soy china y pienso que leer un tocho así...", dice mientras separa sus dedos unos diez centímetros, "pues como que no") como para avisar de que no será capaz de superar la parte de la prueba en la que se tienen que aprender las características básicas de algunas denominaciones de origen de este país. Luego está Gisela tocándose el pelo, anudando y desanudando extensiones, planchándolo o lavándolo durante media hora. Bueno, a veces no está dedicada a su pelo y mantiene alguna que otra conversación, generalmente hablando de depilaciones varias.

Julito es otro de los aficionados al tema depilaciones. Es su tema preferido junto al de sus islas, de las que nunca debió haber salido. Ayer le decía a Li que ella era la primera china con la que había hablado, y es que este chico no parece tener mucho mundo, siendo el más naif, el 'teletubbie' de esta edición. Aunque quizá sería más preciso decir que es (o ), al que le da la réplica (o ), que sería Palomares, aquel que se autodefine como "un poco amanerado". Pero sin el poco, claro. Completa la nómina de habitantes de esa casa, a la que teóricamente le ha de quedar poco tiempo de vida, una Mirentxu que vino para dos semanas y al final no va a haber quien la saque de allí. Es complicado plantearlo desde que hemos visto que con medio whisky se convierte en una anciana realmente divertida, que da vueltas mientras se descojona. ¿No es adorable?

La prueba del vino es ideal para la más longeva de la historia del programa, que podría animarnos la hora del ocaso bebiéndose una muestra (generosa) de cada uno de los vinos. ¿A quién hay que pedir esto? Creo que Raquel debería haber dejado dentro de la casa su estampita de , patrón de los imposibles. Por otro lado, en la casa luxury podemos disfrutar del instinto depredador de tres hombres y la capacidad de supervivencia de otro. Carlitos aplica a la relación con su mujer la filosofía del baturro que cuando va caminando por las vías del tren, y este se aproxima a sus espaldas, dice: "Chufla, chufla, que como no te apartes tú". Él deja hablar a Gema, esperando que se agote por sí misma, sin esfuerzo alguno. Es como un boxeador que aguarda a que su oponente flaquee por cansancio y entonces le asesta un golpe ganador que lleva al otro a un KO. Es cierto que cuando el 'temeroso' marido interviene casi siempre es para utilizar un argumento incontestable, y probablemente es inteligente que deje hablar a su pareja, no interrumpiéndola en el momento álgido de su enfado. Pero a mí me parece una estampa algo lamentable de matrimonio tradicional, en la que él le hace creer a ella que es la que manda, mientras que 'a la chita callando' hace lo que le rota.

Como decía antes, frente al marido superviviente nos encontramos a tres hombretones bastante curtidos en la labor del depredador. Orlando parece el más básico, y como en esos puestos de las ferias que él se trabaja, donde solamente hay que tirar a dar (ya sea con escopeta, dardo, pelota, o como sea), imagino que su táctica es tirar cuantas más veces mejor, porque de este modo la estadística indica que es más fácil que alguna caiga entre sus redes. Iván tiene la táctica argentina de convencer dándole a la lengua, quiero decir hablando. Este antes de juntar lenguas somete la suya a un nada despreciable desgaste, lo cual puede acabar en fracaso por aburrimiento de la otra parte, o en la entrega más descontrolada, posiblemente también para conseguir que se calle de una vez. Eso sí, en la madrugada se transforma en ese urogallo de canto hipnotizante, que disfruta de la conversación por la conversación y se muere por beberse hasta el último minuto de su experiencia en la/s casa/s de .

El último depredador de la 'casa 10' es un mamífero herido en una batalla perdida. Quiso ligarse a una y tuvo que ser otro de los concursantes quien se lo impidiera. Carlos H. es el prototipo de león no tan feroz como el 'lopintan'. En una vieja tertulia de escritores y periodistas en se discutía sobre un tema apasionante al que daban vueltas durante horas, en torno a una de esas tradicionales mesas de velador, con el acicate imprescindible de varios litros de lo que sea. La espina dorsal de la conversación era si los leones rugen para dentro o para fuera, y no hubo forma de conseguir un consenso. Algunos, como el gran , defendían que el león es pusilánime, lo cual le hace rugir para dentro, como expresión de un cierto temor a molestar. Lo que sucede es que la enorme caja de resonancia del interior de su cavidad bucal hace que el rugido parezca que proviene de una fiera. Y realmente lo es, pero en algunos aspectos no lo parece. No en vano el león no sale de caza, sino que deja a la leona tan arriesgada labor.

Carlos 'soylapera' es un león traumado desde que Iván no le dejara cantarle al oído a las , y por eso ahora quiere desquitarse con la conejita Gisela (ver cartelera). La diferencia entre el rey de la selva y este concursante es que aquel no mata si no tiene hambre y este es capaz de asestar un duro golpe a otro compañero con el dardo de su juicio sancionador aún sin necesitarlo, dado que en esa casa todavía no se nomina y el juego aún no ha empezado de verdad. Pero eso sí, este ruge para dentro, herido en su autoestima y sin valor para salir a cazar. Concursantes como este aguardan el error del contrario, ya sea en una prueba o en cualquier otro lance de la convivencia, y entonces intentan sacar todo el provecho que puedan. En realidad son depredadores por definición y carroñeros por afición.

La capacidad del 'marqués', como le llamaba Eva, para contar las cosas modificando la realidad a su antojo es fascinante. Durante la madrugada más intensa de las vividas hasta ahora, en el post-gala del martes, le contaba a Gema y Carlitos, como Loli le había pedido su versión sobre el enfrentamiento que mantiene con Iván, lo cual nada tiene que ver con la realidad de lo sucedido. Es una estrategia torpe de cara al juego, porque la audiencia votante lo ve casi todo, y mientras que mentir para sacar un provecho puede darle una importante renta inmediata, a la larga recibirá la sanción de quien está teniendo conocimiento de su mentira. Analizando los pequeños gestos, algo de lo que gusta este gato detallista, el rostro de Loli cuando se medio encierra en el baño con Iván es de entusiasmo y alegría, mientras que cuando hace lo mismo con Carlos H. está torciendo el gesto con cara de cierto desagrado.

El juego de las dos casas, que no prometía mucho, está resultando de interés por la necesidad que quienes pasan de un lado a otro demuestran por contar lo sucedido. Loli hablaba durante horas con Iván la noche del martes, parecía estar pensando "le tengo que contar lo sucedido durante todo este tiempo". Alguno me dirá que no ha sido tanto tiempo, tan solo una semana, pero eso allí es realmente "todo este tiempo". Estoy convencido de que no lo cuentan por condicionar la visión del otro, que no hay intenciones torticeras ni extrañas, simplemente necesitan contarlo, y hasta el momento todos lo han hecho de forma bastante aproximada a la realidad. Sí, incluso Carlos, ese firme aspirante a suceder a . A mí me encanta escucharles rememorar historias que sucedieron apenas hace unos días, o incluso horas. Durante estos meses, no tienen nada más que eso: sus propias vidas, compartidas con el resto de habitantes y, lo que es más importante, con todos nosotros.

[Dejo cartelera de hoy, con esa 'conejita' que espera Carlos H. y puede que no llegue nunca.]