No sé distinguirlos en vuelo. Tampoco cuando tengo la suerte de verlos posados. Siempre he admirado a quienes son capaces de distinguir cualquier ave a decenas de metros de distancia. Esas miradas al cielo que dicen: "¿ves la cola abierta? ¿Y la forma de planear?". Nunca he tenido la habilidad de distinguirlas más allá de un buitre o una cigüeña volando bajo hacia el campanario de una iglesia.