Por Ruth Méndez
La resaca de los Goya me ha durado hasta hoy... La ceremonia arrancó de maravilla pero el resto se hizo eterno ( ¿nadie le pudo quitar el micro a tiempo a Karra Elejalde, a la directora del corto de animación o a Mario Camus?). Lo mejor: el fugaz Buenafuente y Tosar el cantarín. El Teatro Real fue un escenario perfecto sí, pero los que seguimos la gala entre bambalinas fuimos candidatos a morirnos de un golpe de calor en una sala de prensa estrecha.
La noche empezó movidita... Desde el hall se escuchaban los gritos de protesta contra la Ley Sinde, Bardem nos concedió un rato y Álex de la Iglesia dio, como siempre, la cara. Hace tres semanas que habíamos concertado una cita con Aura Garrido ( nominada a mejor actriz revelación y protagonista de la serie Ángel o demonio)... Pues bien, llegó la hora del directo y nos dejó compuestos y sin entrevistada. ¿Tendría un nuevo caso que resolver son sus poderes?
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El discurso del aún Presidente de la Academia no recogió efusivos aplausos... Eso sí, detrás de los focos (no vaya a ser) en la fiesta que dio la revista no vaya a serEsquire los rostros más conocidos de nuestro cine hacían cola para darle la enhorabuena.
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Por cierto, hemos ido a comprobar cómo la película triunfadora ha resucitado en los cines. A todo el mundo parece que le encanta... Yo discrepo. No está mal, pero es un cóctel entre El laberinto del fauno, La lengua de las mariposas y el Bosque animado que no llega a estar a la altura de ninguna de las tres películas. Basada en una buena novela y rodada sin riesgos, Pa negreLaia Marull y Nora Navas están maravillosas (en sus papeles, porque sus modelitos sobre la alfombra roja eran de Razzie...). Que dos niños hayan ganado sendos Goya, me parece como mínimo un mal síntoma para nuestro cine, ¿no hay actores profesionales que se merezcan el premio?.
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