El jabón negro africano

telecinco.es 14/10/2014 00:01

El jabón negro también llamado anago o alatasamina ha sido usado durante años para solucionar problemas cutáneos. Limpia con un cierto toque exfoliante dando a la piel un aspecto lustroso, hay incluso quien proclama que también ayuda a reducir las arrugas incipientes, manchas oscuras de la piel y la irritación después del afeitado.

El aspecto no es precisamente atractivo. Cuando viertes una cantidad del tamaño de una almendra en la palma de la mano se observa su aspecto espeso y pegajoso similar a la melaza. No tiene prácticamente olor y el color es tirando a marrón. Hay que tener cuidado que no se caiga de las manos porque puede dejar mancha en ciertas superficies delicadas.

Se fabrica a partir de plantas como el plátano, cacao y árbol de karité. Los ingredientes se dejan secar al sol dándole ese color tan característico, se le añaden aceite de coco y karité y se deja reposar para que tenga un proceso de curación.

Tradicionalmente se ha producido en el oeste de África, sobre todo en Ghana. La ventaja de este jabón es, a diferencia de los jabones comerciales, la falta de ingredientes artificiales. Cuando se mezcla con el agua se forma una espuma de consistencia media que deja la piel suave y con la sensación de haber sido exfoliada. No se debe dejar el jabón en la cara por mucho tiempo ya que puede crear cierta sensación de sequedad. Para los alérgicos al látex hay que tener en cuenta que el árbol de kárite contiene pequeñas cantidades delmismo.

El jabón también se puede encontrar en forma de barra, con alto contenido en glicerina absorbiendo el agua con facilidad. Se debe guardar en una bolsa o en una zona seca.