En el año 2010 Montserrat Caballé tenía su residencia en Barcelona, de la que sólo se ausentaba para el desarrollo de su actividad profesional para participar en conciertos o grabaciones musicales. Y así fue, actuando en Alemania, Suiza, Italia, Lituania, República Checa, Rusia y Ucrania, además de grabaciones en Moscú, Ginebra y Barcelona.
Al residir en Barcelona, Caballé tenía la obligación de tributar en España, pero sin embargo, y según la fiscalía, figuraba como residente en el paraíso fiscal de Andorra con el deseo de obtener mayores beneficios sin tributar a la Hacienda Pública. Según la querella de la fiscalía, Caballé quiso ocultar sus beneficios firmando los contratos a través de la empresa andorrana Reial Classics SL e ingresando el dinero en la sucursal del Banc Sabadell de Andorra en Andorra La Vella.
Sólo por cánones o royalties Caballé obtuvo en 2010 casi 20.000 euros, además de 2 millones de euros por conciertos y grabaciones musicales. Sin embargo la fiscalía le acusa de no presentar la declaración de IRPF en 2010 y haber defraudado un total de 508.462’55 euros produciendo un importante perjuicio a la Hacienda Pública.
Apoyándose en los informes de la Agencia Tributaria sobre la causa, la fiscalía ha pedido su imputación y el embargo de bienes de Caballé para hacer frente a la cantidad defraudada. La artista, imputada por el juez del número 4 de Barcelonat tras la admisión de la querella, acudirá a declarar el próximo día 9 de mayo.