La falta de tabaco se acabó cobrando su precio: Ainhoa rompió a llorar, desesperada ante el síndrome de abstinencia. Nico trató de consolar a su compañera, mientras Pepe se indignaba. Escucha el momento de la crisis. La otra pareja, Silvia y Jorge, a lo suyo: la malagueña, mucho más fresca en el concurso, no entiende el cansancio del resto. Afortunadamente, la de Alcorcón tiene también otro aliado: Pepe. Los dos madrileños han recuperado su complicidad y hasta Ainhoa reconoce que le encantaría ganar a Pepe y darle con un palmo de narices.
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