Comer bien está de moda. Es chic y una experiencia de vida inolvidable. Tanto que bien merece la pena hacerse una pequeña escapada solo por el placer de llevarse a la boca algo de tanta calidad. De entrada os propongo dos viajes, uno a una de las zonas más desconocidas y con más encanto de toda Francia, Gers, en la Gascuña, la patria de D’Artagnan. El otro viaje, una cena en un restaurante con Estrella, Michelín por supuesto, que son las que cuentan.
Una de esas codiciadas estrellas está en poder de Éric Sampietro que en su restaurante “La Table des Cordeliers” en Condom ofrece una cocina contemporánea basada en la calidad del producto de temporada. La experiencia es completa porque os aseguro que comienza cuando entras en esa enorme sala que antiguamente era una capilla. Quizá el marco está elegido a posta porque algo de pecado tiene que tener comer lo que aquí uno se lleva a la boca. El caso es que el ambiente de entrada es inigualable.
Como todas las experiencias religiosas, tiene su culto, así que para empezar yo os aconsejo una “Pouse Rapiére” exclusiva de la zona. Es un original aperitivo fabricado e inventado por una bodega, Monluc que fabrica un número limitado de botellas al año. Se trata de una bebida espumosa con toques de naranja cuya fórmula de elaboración es secreta. Empezad con buen pie y haciendo honor al lugar en el que os encontráis. Después elijáis lo que alijáis vais a salir satisfechos.
He aquí mi “menú-plaisir” de esa noche, elegido con maestría por el cocinero:
para empezar un consommé de tomates, tartare de ton y sorbet de tomates vertes. Después une soupe de tomates vertes sorbe au basilic, polenta grillée, cèpes et verbeine y para finalizar la comida más formal un médaillon de veau, écrasé de pommes de terre, célori rémoulade. Y como postre, Cigarrette de cacao avec de la glace.
Seguro que después de haber visualizado estos platos, ahora la boca se os hace agua. Bueno, pues os diré que quizá para mi lo más sorprendente es que un menú de estas características os sale por entre 45 y 55 euros, bebidas aparte, por supuesto. Un precio más que aceptable teniendo en cuenta el lugar