La vida de Chelo dio un giro de 360º cuando descubrió que el padre que le había dado el apellido y al que consideraba como tal no era su padre biológico. Entró en una crisis emocional profunda de la que le costó mucho salir porque no encontraba sentido el haber vivido en una mentira. Su madre les ocultó tanto a ella como a sus hermanas que eran de tres hombres diferentes.