Nuevo caso en 'De buena ley': 'Cacería cubana'

El caso

Una curiosa desaveniencia matrimonial ha sido el tema central del último 'juicio popular' de 'De buena ley'. Maika, la principal parte afectada, ha expuesto el caso ante el prestigioso abogado Gustavo Larraz. "Quiero que mi marido pague lo que me ha hecho. Cual fue mi sorpresa cuando, después de que me dijera que se iba a la sierra de Cazorla a cazar con unos amigos, cosa que no me extrañó en absoluto porque suele hacerlo con bastante frecuencia, de repente me llama la policía porque habían encontrado armas en el coche de mi marido, que estaba aparcado en el aeropuerto. Se había ido a Cuba sin decirme nada y yo me pregunto: '¿A qué ha ido allí?, ¿a beberse unos mojitos?, ¿a hacer submarinismo? Venga hombre. Y yo lo que reivindico ahora es que pueda hacer el mismo viaje, por el mismo valor y al mismo sitio para pensarme si me divorcio o no".

Antonio, que no reconoce la infidelidad, ha querido defenderse ante el letrado. "Comprendo el enfado de mi mujer. Sé que hice mal pero era un viaje que quería hacer con mis amigos desde hace tiempo y sabía que ella no le iba a parecer bien. Te pido perdón delante de toda España pero no estoy disupesto a darte 5000 euros para que te vayas tú sola a Cuba".

La opinión del público

Entre los asistentes al programa ha habido opiniones para todos los gustos. Desde una mujer que se ha puesto absolutamente en contra del método del 'ojo por ojo' que, según ella, quiere llevar a cado Maika, advirtiéndole que "no va ser más señora por irse a Cuba a ponerle los cuernos a su marido", hasta un hombre que le ha cantado a Antonio el famoso "si te han pillao, si te han pillao con elcarrito del helao...".

El veredicto de Gustavo Larraz

Después de haberse retirado a deliberar, el abogado ha hecho público su veredicto, dirigiéndose directamente a Antonio. " Creo que le han pillado 'in fraganti', pero no por una custión de deslealtad sino porque ha quebrado la confianza conyugal. Ustedes están casados bajo régimen de gananciales por lo que su mujer es una socia igualitaria suya. En defensa de esa equidad ella tiene el mismo derecho a gastar y a tener lo mismo que tiene usted. Por lo tanto, le condeno a aceptar exactamente lo que ella le reclama. Larraz también se ha dirigido a afectada y ha querido darle un breve consejo. "Hombre que lejos se va a casar, o va engañado o va a engañar".