El Barcelona suma el tercer tropiezo en Liga (1-1)

Los de Ernesto Valverde, que se encontraron con los palos en dos ocasiones, se fueron por detrás al descanso después de que Óscar de Marcos consiguiese estrenar el luminoso en el minuto 40. Con la salida del argentino y el catalán al poco de la reanudación, el cuadro blaugrana empezó a carburar y pudo salvar un empate en el minuto 83 con un tanto del ariete hispano-argentino.

Tras el batacazo sufrido en Butarque, donde en un minuto el Leganés consiguió remontar el tanto inicial de Philippe Coutinho, el objetivo claro era evitar un nuevo tropiezo que supusiese encadenar la tercera jornada sin ganar. Sin embargo, Valverde sorprendió dejando en el banquillo a dos hombres indiscutibles como Leo Messi y Sergio Busquets pensando en el duelo del miércoles en casa del Tottenham.

Lo cierto es que el cuadro azulgrana fraguó un buen inicio, en el que solicitó un penalti sobre Coutinho (min.2) y en el que a punto estuvo de adelantarse en un disparo de Luis Suárez que se marchó tocando el exterior de la red. A partir de ese momento, los de Berizzo empezaron a llegar con más profundidad.

De hecho, Iñaki Williams protagonizó los mejores momentos del cuadro bilbaíno, primero con una vaselina desde la frontal que se fue fuera por poco y cinco minutos después en una acción en la que, tras recibir de Raúl García, regateó a Ter Stegen, pero cuando se quedaba solo el balón se le fue largo y Arturo Vidal apareció para taponar su disparo. El dominio se vio interrumpido por la lesión de Iñigo Martínez, que dejó su lugar al joven central Peru Nolaskoain.

Unai Simón salió al paso para detener dos ocasiones clarísimas de Luis Suárez antes del minuto 40, cuando cambió el sino del partido. Susaeta recuperó un balón en tres cuartos de campo y, tras llegar a la frontal, centró para Óscar de Marcos, que apareció en el segundo palo y rematar cruzado al fondo de las mallas. La tragedia volvía a sobrevolar el Camp Nou.

No tardó Ernesto Valverde en mandar calentar a los grandes ausentes, Busquets y Messi. El de Badía saltó al campo pronto, en el minuto 50, tras la lesión de Sergi Roberto, y sólo cuatro minutos después el argentino se abrió sitió en lugar de Arturo Vidal.

El Barça empezó a carburar. Coutinho, al que poco antes el guardameta del conjunto bilbaíno desbarató una buena oportunidad, se encontró con el larguero en el 61 al rematar de media tijera un buen centro de Dembélé. Diez minutos más tarde, Messi estuvo a punto de sorprender en una falta directa que De Marcos sacó de cabeza casi en la línea de gol.

El argentino corroboró la maldición de los palos en un remate al poste en el 78 después de una buena combinación con Jordi Alba, y el tiempo y la paciencia comenzaban a agotarse. El preparador culé dio entrada a Munir en un último intento de buscar portería.

Y el delantero hispano-marroquí evitó que la debacle total se consumase; Messi recogió el balón cerca del córner y, con un disparo potente y raso se la puso al delantero para que sólo tuviese que poner el interior. El Camp Nou volvió a enchufarse.