Fernando Torres, 90 minutos en una isla

Ovacionado a la hora de salir a calentar con el resto del conjunto inglés y en el momento de escucha su nombre por megafonía en las alineaciones, el público se olvidó luego del de Fuenlabrada en su primer partido en su antiguo estadio con la camiseta de otro equipo, y se dedicó sobre todo a animar a los suyos.

Torres fue el elegido por José Mourinho para encabezar el ataque del equipo británico, pero fue víctima del pobre planteamiento ofensivo que dispuso el de Setúbal, que dejó aislado al 'Niño' arriba, con el resto de sus compañeros muy lejos de él y más dedicados a defender que a atacar.

De este modo, el exrojiblanco pasó todo el partido enredado entre Godín y Miranda, de los que apenas se pudo deshacer y contra los que siempre estuvo en inferioridad en los balones largo y aéreos que le enviaban. Así, su contacto con el balón fue escaso, aunque estuvo a punto de cazar un balón largo de David Luiz que podría haber llevado peligro.

En la segunda mitad, su guión no cambió, aunque al menos pudo lanzar a la portería de Courtois, sin peligro, pero tras un buen eslalon individual. La salida de un jugador más ofensivo como Schurrle no le ayudó demasiado, pero encabezó en el tramo final una 'contra' que podía haber sido peligrosa, aunque no se entendió con Ramires, y una jugada suya provocó una falta de Miranda al borde del área que no aprovechó David Luiz.

Al término del encuentro Torres recibió el aplauso del Calderón y fue el último jugador del Chelsea en abandonar el terreno de juego. El ariete de Fuenlabrada lanzó su camiseta al público y se retiró entre cánticos que recordaron su pasado colchonero.