Kamax propone reducir el coste medio por empleado ante el "riesgo" de trasladar la producción a Chequia

Según ha informado la compañía en un comunicado, en la actualidad, los gastos de personal de la planta de la localidad valenciana de Museros suponen un 20 por ciento sobre ventas frente al 13 por ciento de la checa. Esta última planta está considerada como la "referente" dentro del grupo, "la más rentable y segunda más grande", además de configurarse como la "competencia más directa" de la planta española.

Para la firma, la diferencia de costes de mano de obra sitúan a Kamax España "en una clara desventaja, porque la central alemana opera en un sistema de competencia interna en el que sus plantas pujan por carga de trabajo, y les asigna los proyectos sobre criterios de precio ofertado y rentabilidad".

Al respecto, apunta que Chequia "aventaja desde hace años a Museros por tener una mano de obra cualificada en el campo industrial, unos salarios más bajos, un coste logístico más económico al centro de Europa y por contar con un entorno normativo más flexible".

En esta situación y para asegurarse "un flujo de pedidos e inversiones a medio plazo que eviten el cierre de la compañía", Kamax España asegura que lleva "más de un año "negociando con los representantes de sus trabajadores la firma del acuerdo, "que contempla medidas de moderación en la evolución del coste salarial".

AFECTARÍA A NUEVAS INCOPORACIONES

Entre ellas, se propone "respetar las condiciones laborales y salariales de los 240 trabajadores actuales, y sólo afectaría a las nuevas incorporaciones". Asimismo, contempla un progresivo plan de prejubilaciones de 34 empleados hasta 2020, "que permitiría incrementar el número de nuevas contrataciones, mejorando así el coste medio a un ritmo superior".

Según el gerente financiero de Kamax España, Juan Carlos Mena, "el retraso en esta negociación está provocando un trasvase paulatino de proyectos hacia Chequia por motivos de rentabilidad que perjudica nuestra viabilidad. Por eso nos urge contar con el respaldo de la central ya que es decisivo para nuestro futuro como planta. Un apoyo que sólo conseguiremos si logramos sellar este acuerdo antes del mes de febrero para con él flexibilizar las condiciones laborales de aquí a 2017".

TRES ESCENARIOS FUTUROS, ENTRE ELLOS CIERRE

De acuerdo con la firma, la dirección de Alemania ha planteado "tres escenarios futuros" a la planta de Museros en función de si se alcanza o no el acuerdo de competitividad y que parten de 2016 "como punto de inflexión".

El primero de ellos, el denominado escenario "base", prevé, en el caso de no adaptarse los salarios de las nuevas contrataciones, una disminución progresiva de la producción asignada a la planta y de la plantilla hasta niveles anteriores a 2014, así como una reducción de un 20 por ciento de las inversiones del grupo en España.

El escenario "estresado" estima una caída de la producción a un ritmo mayor que provocaría el cierre de la planta si no se "reconsidera" este acuerdo porque la pérdida de la confianza del grupo reduciría la asignación de proyectos en un 26 por ciento anual.

El propuesto en el acuerdo de competitividad prevé que con la reducción de los gastos de personal de nueva contratación frente a años anteriores, "se conseguiría producir a unos costes inferiores (aunque aún alejados de los de Chequia)". Esta medida se traduciría en un incremento de la asignación de nuevos proyectos de un 3 por ciento anual, según el gerente de Operaciones, Manfred Weidner.

Según la empresa, este nuevo acuerdo se suma a los de Flexibilidad y Productividad alcanzados en 2010, cuyo largo proceso de negociación "evitó que la Dirección del Grupo se planteara el cierre de la planta de Museros y deslocalizar su producción a otros centros de producción en Europa".