Algo ha cambiado en este nuevo Real Madrid, por un lado la suerte que tuvieron ante el Valladolid y por otro los pitos al capitán. Sergio Ramos tuvo que escuchar las quejas de la afición blanca durante todo el encuentro que se multiplicaron cuando lanzó el penalti. Pero a él no le asustan las críticas, lanzó con chulería y celebró con rabia.