Personajes y escenarios. Una obra muy bien documentada ambientada en un tiempo no tan lejano

telecinco.es 09/06/2017 10:34

Esos personajes, alrededor de la pareja protagonista (sobre todo de ella), cumplen una función esencial. Representan una amplia gama de comportamientos humanos: la comprensión, la ayuda, la solidaridad, también lo contrario. O una mezcla de todo, como en el caso de su hermana Mercedes, dividida entre el enamoramiento por su cuñado y el amor por su hermana. O la inocencia de los hijos, víctimas de la situación, pero que nunca dejaron de esperar y de amar a una madre a la que las circunstancias alejaron de ellos.

Más en segundo plano, con apariciones esporádicas, pero de esas que, si habláramos de cine, diríamos que se apoderan de la pantalla, hay personajes como el general Domingo Batet, lleno de humanidad y comprometido siempre con la legalidad; defendiendo la República frente al intento independentista de la Generalitat en 1934, igual que luego se mantendría fiel a la República frente al golpe del 36 (lo que le costaría la vida). O Gerardo Llobet, otro militar, ayudante de Federico Escofet, al que muestra una fidelidad a prueba de cualquier circunstancia.

Los escenarios son otra baza importante de Después del amor. Madrid y Cádiz se asoman fugazmente al relato cuando Carmen viaja a la ciudad andaluza. Y el París del exilio, sobre cuya brillante y animada vida de siempre se ciernen los nubarrones de la inmediata guerra mundial. Finalmente, Bruselas, donde recalan los protagonistas cuando se han desatado todos los demonios.

Los hechos de la Historia con mayúscula aparecen como un telón de fondo, la sociedad, la vida diaria, tienen una presencia mayor. Ésta es también –y ese es otro de sus aspectos atractivos- una novela costumbrista que muestra una sociedad en pleno proceso de transformación en todos los ámbitos: desde el logro del voto femenino o la incorporación de la mujer al trabajo, a la llegada de la radio a las casas españolas o de los primeros grandes almacenes.

Aparece en primer lugar, la Barcelona de los años 30 en la que transcurre la mayor parte de la novela. Los usos de la clase alta barcelonesa: las veladas del Liceo, los veraneos en el Norte, aquellos caballeros que “sabían que debían vestir así, de acuerdo con su posición social, como sabían que debían opinar de determinada manera”. Y están las tiendas de la ciudad, la ropa, la moda… Sonsoles Ónega ha escrito una novela minuciosamente documentada, de modo que todo el contexto histórico y cotidiano aparece de un modo realista y vívidamente descrito, también de un modo natural, sin que esa documentación le pese al lector.

Madrid y Cádiz se asoman fugazmente al relato cuando Carmen viaja a la ciudad andaluza. Y el París del exilio, sobre cuya brillante y animada vida de siempre se ciernen los nubarrones de la inmediata guerra mundial. Finalmente, Bruselas, donde recalan los protagonistas cuando se han desatado todos los demonios.

Todo lo anterior es el trasfondo de la novela. Pero en primer plano lo que hay es una extraordinaria historia de amor, tanto más extraordinaria y hermosa por cuanto no se correspondió la efímera felicidad alcanzada por los personajes con su largo camino lleno de avatares para conseguirla.

Todo eso, personajes, escenarios, sentimientos, peripecias, está contado con el poder magnífico de la literatura en una novela que resultará inolvidable para el lector.

Comienza ya a vivir esta novela: ya puedes leer los dos primeros capítulos de Después del amorDespués del amor