Tras producirse el asesinato de la presidenta de la diputación de León, la preocupación clave de los agentes era encontrar el arma homicida. El policía jubilado que siguió a Montserrat, colaboró con los agentes volviendo tras sus pasos y repasando el recorrido de la asesina. Buscaba bajo los coches y en los contenedores la mochila en la que vio a Montserrat guardar el arma tras efectuar los cuatro disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco.