Cada verano conseguir un sitio en primera línea de playa se convierte en una auténtica guerra. A las 8 de la mañana hay una gran cola de bañistas esperando desde las 7 en las entradas para poder conseguir plantar la sombrilla en la orilla, pero si hay algunos que se cuela, "vienen los jaleos y los líos", dicen algunos. Pero aquellos que planten sus hamacas en los seis metros entre la primera linea y el agua, podrán enfrentarse a una multa de entre 750 y 3.000 euros.