La dependencia de las nuevas tecnologías que comienzan a manifestar muchos adolescentes hace despertar la voz de alarma. Horas frente al ordenador, uso del móvil por la noche, aislamiento, facturas desorbitadas Son algunos de los síntomas que permiten reconocer si tu hijo sufre 'adicción' al móvil. Una 'enfermedad' del siglo XXI.
Lo primero que hacen al llegar a casa es encender el ordenador; algunos jóvenes duermen con el móvil encendido por si alguien quiere comunicarse con ellos a esas horas; realizan hasta trescientas llamadas mensuales; sienten ansiedad cuando no pueden utilizar el móvil y se aíslan del resto de personas. Son alguno de los detalles que hacen pensar a los padres que sus hijos sufren algún tipo de dependencia que les impide llevar una vida normal.
José Luis Sancho es coordinador del área de menores de Proyecto Hombre. Explica que actualmente, "Técnicamente, existe algún caso de adicción, pero no tantos. El fenómeno está sobredimensionado" Apunta que es cierto que existe un mal uso de las nuevas tecnologías por parte de menores, a menudo, porque carecen de límites, pero de la alarma no es tan grande como los medios de comunicación transmiten.
"Podemos hablar de conceptos como tolerancia, abstinencia, ocultación, dependencia ", apunta José Luis Sancho, pero "en estos momentos, desde los centros de intervención, vemos que el número no es tan grande como para alarmar. Por eso este es el momento perfecto para la prevención".
Juan Manuel Romero , autor del libro 'Uso y abuso de las Tecnologías', considera que la prevención comienza en los padres. Estos deben tener muy claro cuáles son las necesidades de sus hijos, y limitar su libertad en el uso de las tecnologías. ¿Por qué un joven de 14 años puede llegar a realizar facturas de móvil de hasta 900 euros? Las tarjetas prepago podrían solucionar esto, sin embargo con ellas, identificar los números de teléfono a los que llamar el menor es más complicado.
"Siento que me falta algo"
Un pequeño síndrome de abstinencia. Eso es lo que padecen algunos adolescentes cuando sus padres deciden retirarle el móvil. José Luis Sancho detalla los síntomas. "Cada vez necesita utilizarlo más para sentirse satisfecho; cuando no lo tiene, se encuentra mal, frustrado; comienza a ocultar sus actividades; interviene en sus relaciones " Todas estas son conductas no adaptadas. Entonces, puede afirmarse que existe una adicción al móvil.
Las tiendas y operadoras de móviles reconocen que su mayor público se halla entre los adolescentes. Y es que poseer el aparato de última generación del momento se asemeja al síndrome que produce con las marcas. Supone un símbolo de identificación social y de integración al grupo. Los padres, en un intento por tener controlados a sus hijos, no dudan en darles un móvil. Sin embargo, este puede ser, sin duda, un arma de doble filo. La educación es la herramienta fundamental para evitar problemas mayores.