Un joven alemán de 23 años ha sido la octava víctima mortal que se ha arrojado desde un balcón en lo que va de 2018, novena víctima en todo el territorio español si añadimos una más en Benidorm. Según varios testigos, el joven no se lanzó a una piscina, sino que se encaramó a los barrotes de un balcón en la planta 12 de un edificio para hacer ejercicio.