Ana Obregón: "Necesito quitarme este disfraz de lentejuela que me han puesto, porque me aprieta el alma"

telecinco.se 14/03/2012 10:04

La hemos visto reir, enfadarse, tropezar enamorarse, llorar... Ana Obregón lleva treinta años siendo la protagonista del papel couché. Hemos conocido a sus amores, hemos compartido con ella sus desengaños amorosos, la hemos visto en su papel de madre, en su papel de actriz, guionista y productora.

Pocos aspectos de la vida de Ana Obregón se han escapado al comentario. Ríos de tinta se han escrito sobre la bióloga, que después de una vida dedicada a la interpretación ha decidido contar su verdad. "Ahora quiero desnudarme yo. Necesito quitarme este disfraz de lentejuela que me han puesto, porque me aprieta el alma. Si durante treinta años todo el mundo ha hablado de mí, yo también tenía derecho a contar mi verdad."

En 'Así soy yo', Ana se aleja de la imagen frívola que han querido vender de ella durante años. La Obregón nos descubre los aspectos más íntimos de su vida. Su enfermedad, su etapa de estudiante, los hombres de su vida... Desde la infancia a la madurez. Ana ha rescatado sus diarios para compartirlos con todos nosotros. "Voy a leer mis 28 diarios, que empecé a escribir a los 12 años; voy a asistir al estreno de la película de mi vida, secuencia por secuencia. Un estreno al que estáis todos invitados. No son unas Memorias, sino que he trasladado a un papel mis momentos y mis sentimientos desde hace muchos años hasta ahora"

"Solamente hay una Ana"

Divertida, extrovertida, sincera, loca, seria cuando se necesita y soñadora... Ana es una mujer con mil caras pero con un único espíritu. "Hay solamente una Ana dentro de muchas Anas. Pero la que bailó un vals con el príncipe de ojos azules, heredero al Trono de Montecarlo, es la misma que salió con un stripper, porque, no importa cuántas Anas haya, a mi corazón nunca le importó el quien eres, sino el cómo eres",

El príncipe Alberto, uno de los hombres de su vida

En sus memorias, Ana Obregón habla abiertamente de uno de los hombre de su vida. Ana pudo convertirse en princesa si su relación con Alberto de Mónaco hubiera salido bien, sin embargo, el cuento de hadas no se cumplió. "Nos besamos. Nunca había besado a un príncipe y esperé unos segundos por si el cuento sucedía al revés, como siempre me ocurría en el amor y éste se convertía en rana, pero no, mantuvo su forma humana y sus labios."

Alessandro, el padre de su hijo

Alessandro Lequio ocupa un lugar muy importante dentro de la vida de Ana. Vivieron un amor intenso pero no el comienzo no fue fácil: Ana no quería estar con un hombre casado. "Alessandro levantó el auricular y llamó a Antonia. Le dijo: "Lo siento mucho pero estoy enamorado de Ana". Eso fue lo que me conquistó."

Sin embargo, la felicidad no fue eterna. Ana descubrió que el padre de su hijo le era infiel y rompió su relación. "'Allí están' me confesó mi amiga señalando la ventana de enfrente y pude ver a través de la ventana la imagen que se quedó grabada siempre en mi retina: la del padre de mi hijo con una mujer. Esas son las contradicciones de la vida: el hombre que más daño me había causado me dio lo más importante: mi hijo."

"Voy a seguir soñando"

El libro de Ana es un libro inacabado. "Me encantaría finalizar este relato con el típico 'colorín, colorado, este cuento se ha acabado'. Pero no puedo hacerlo, porque, pese a quien le pese, voy a seguir soñando."