Ya han pasado los cuatro días. Isabel Pantoja ha tenido que dejar nuevamente a los suyos y regresar a la prisión de Alcalá de Guadaíra para seguir cumpliendo condena. Con blusa blanca, pantalón negro con mariposas, tacones y sin gafas de sol, la artista ha llegado a la cárcel con semblante serio y sin querer hacer declaraciones.
Muy emocionada, Isabel se ha bajado del coche de su hermano Agustín, se ha dado la vuelta y ha dirigido su mirada a los fans que se han congregado a las puertas. Les lanzaba un beso y les confirmaba, con un gesto con el pulgar, que, pese a las circunstancias, está bien. Inmediatamente, su hermano la ha cogido del brazo y la ha acompañado a la garita de la prisión. Ahí se han despedido y la artista ha salido acompañada por una funcionaria de prisiones.
Isabel Pantoja no ha querido apurar las últimas horas de su permiso y a las 11.00 h. de la mañana salía de Cantora rumbo a la prisión de Alcalá de Guadaíra. Acompañada de su hermano Agustín, la artista abandonaba su finca sin hacer declaraciones y tras organizar con la Guardia Civil la salida. Antes de salir, Isabel tenía un encuentro inesperado. El coche de Dulce entraba en Cantora para recoger al pequeño Alberto. En mitad del camino de la casa a la puerta, se producía el encuentro, Ninguna se bajaba del vehículo y Dulce se apartaba para dejar paso a Agustín. En la finca, desde las 06.00 h. de la mañana se encontraba Kiko, que ha acudido a despedirse de su madre. ¿Se habrá encontrado el también con Dulce?