Mario Vargas Llosa posa por primera vez en casa de Isabel Preysler. Lo hace en la biblioteca y con una retrato de su novia de fondo. La publicación de su nueva novela es la excusa pero es su romance ocupa una parte importante del reportaje. "Que a los 80 vuelva a tener una ilusión tan grande como esta es una inyección maravillosa", dice el escritor.