Hablar del marqués de Griñón es hablar de un empresario de éxito. Reconocido a nivel internacional por sus vinos y sus aceites, Carlos Falcó ha abierto las puertas de su casa a 'Vanity Fair' y ha concedido su entrevista más personal.
Carlos Falcó y el amor
Casado tres veces, el marqués de Griñón guarda un buen recuerdo de las mujeres con las que ha compartido su vida y aunque reconoce que en las rupturas siempre se sufre, él se queda con lo bueno: sus hijos. "Con mis ex mujeres he disfrutados grandes momentos y mi vida sin ellas no hubiera sido tan interesante ni fructífera. Es verdad que cuando te separas hay tensión, pero los años pasan y ahí están mis hijos."
Pese a todo, el aristócrata y viticultor no renuncia a descartar el amor, el motor de su vida. "Las personas sentimentalmente activas, como Cayetana de Alba y yo, no renunciamos a la felicidad. Si lo haces estás muerto."
Carlos Falcó rechazó a Cristina Onassis
A lo largo de su vida, el marqués de Griñón ha sido todo un conquistado. Cristina Onassis se enamoró de él pero la rechazó. "I'm a farmer (soy granjero), le dije a su padre, y le aseguré que su hija me caía fenomenal, pero que no íbamos a casarnos. Alegué que estaba divorciado, tenía treinta y tantos años y no me quería equivocar con una joven de poco más de veinte."
"Fumé algún porro"
Padre de cinco hijos, Carlos Falcó ha educado a sus hijos en la libertad, esa que tanto le gustaba en su juventud del moviento hippie y que le llevó a consumir, en alguna ocasión, sustancias ilegales. "Del movimiento hippie me gustaba la libertad, no tanto la droga. Aunque algún porro si que fumé", ha reconocido en la publicación el marqués de Griñón.