Antes de que su hija contrajera matrimonio con Pep Santacana, los padres de Arantxa presentaron al futuro marido de su hija un contrato matrimonial por el que renunciaba a la fortuna de la tenista, demostrando así que se casaba con amor. Sin embargo, Santacana se negó. Según revela Economía digital, los padres de Arantxa también habrían entregado a su hija un informe sobre su futuro marido en el que describen a Santacana como un encantador.