La declaración de los amigos de Romina y Raúl: “Ella tenía una expresión que decía ayúdame”

telecinco.es 13/02/2019 10:44

Romina quería acabar con su relación. La mañana del 29 de diciembre, Raúl recoge a su novia en la puerta del hospital de Lanzarote, a donde ella acudió para realizarse un reconocimiento médico tras recibir una paliza por parte de su pareja. Sin embargo, en una llamada de 16 minutos, ella desiste y vuelve a caer en las manos de su maltratador. Tras recoger a Romina, ambos se dirigen a la casa de un matrimonio de amigos.

'El programa de Ana Rosa' ha podido acceder a las 600 páginas del sumario del juicio por la muerte de Romina Celeste. El sumario recoge la declaración de esa pareja de amigos que estuvo con Raúl y Romina momentos después de salir del hospital. Gracias a su testimonio, los investigadores han podido trazar un retrato ajustado de cómo es hombre detenido por el crimen.

"Decía que acabar con la situación, ya que todo era cada vez peor", dice la amiga de la pareja. Según su testimonio, la paraguaya tenía pensado dejar la relación, pero le pidió que guardase silencio. "Si no, íbamos a discutir con Raúl, pero Romina me dijo que ella sí se lo iba a comentar".

En su declaración definen el carácter de Raúl como un hombre controlador y celoso y explican que su relación de amistad con él empezó a distanciarse al ver cómo se comportaba con Romina. Cuentan que la paraguaya enseñó los moratones que Raúl le había hecho y cómo Raúl le pidió perdón de rodillas. Ellos saltaron en defensa de la joven y aseguran que "entre ellos estaban tensos". "Le recriminé a Raúl este hecho, diciéndole que si volvía a ocurrir le denunciaría", explica el hombre.

Ambos cuentan que al despedirse, Raúl y Romina se fueron en taxi alrededor de la 1:30 de la madrugada de ese día y que "ella tenía una cara con una expresión que decía ayúdame". Fue el último día que vieron a Romina.

Pasó una semana cuando, la noche del 7 de enero, recibieron una llamada de la madre de Romina diciendo que estaba preocupada porque no localizaba a su hija. Ella no se lo pensó y con su marido fue a la casa de Raúl. "Nos recibió en la puerta de la vivienda. No tenía ninguna intención de dejarnos entrar. Estaba como nervioso", dice.

Raúl les contó que Romina había desaparecido, que se había largado sin decir a dónde, pero ella se dio cuenta de que todo lo que decía Raúl estaba lleno de contradicciones y le entró miedo: "Le hice señas a mi pareja para marcharnos". Ambos coinciden en la actitud fría de Raúl y el desorden exagerado de la casa, pero no podían imaginar que su amigo Raúl había acabado con la vida de Romina.